tag:blogger.com,1999:blog-60713233358409467382024-03-13T20:21:00.167+01:00ESCRIBIENDO EN AZULEste será mi rinconcito azul donde expresaré y escribiré sentimientos, ideas, historias... Espero que os guste.Francisco de Paula Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/01374628273101605292noreply@blogger.comBlogger39125tag:blogger.com,1999:blog-6071323335840946738.post-45601647525743365282011-06-26T14:35:00.000+02:002011-06-26T14:36:47.934+02:00LAS DIECISÉIS PREGUNTAS QUE MÁS ME HAN HECHO1. ¿Por qué firmas con el pseudónimo de Blue Jeans y de donde sale?<br /><br />Blue Jeans es el nick que utilizaba en los foros en la red. Lo tomé de una canción del grupo Sqeezer que se llama así (http://www.youtube.com/watch?v=uIN48CE6L_I). Sonaba el día que me metí en estos mundos y me gustó como sonaba el título. Luego, seguí con este sobrenombre en Fotolog. A Everest le gustó cuando decidió publicar la novela y como todos en las Redes sociales me conocían como Blue Jeans, con el pseudónimo me quedé. Y estoy contento por ello. <br /><br />2. ¿Habrá tercera parte? ¿Para cuando?<br /><br />Sí, habrá. Se llamará “Cállame con un beso” y será el final de la historia. Aún no tenemos fecha de publicación. Me queda todo el verano escribiendo.<br /><br />3. ¿Cómo se te ocurrió empezar “Canciones para Paula”?<br /><br />Antes de comenzar a escribirla, varias editoriales me habían rechazado una novela de misterio a la que puse mucha ilusión. No sabía si valía o no para esto. Entonces, aproveché el momento de las redes sociales, que en junio del 2008 sobre todo usaba gente joven. Día a día subía un capítulo de CPP y poco a poco la gente se iba enganchando y me pedía que siguiera escribiendo. Todo fue creciendo rápidamente y de manera asombrosa.<br /><br />4. ¿Te sientes identificado con alguno de los personajes?<br /><br />Los tres chicos de la primera parte tienen cosas mías, aunque no dejan de ser personajes de ficción. Es verdad que hay algunas cosas que he hecho yo personalmente, como lo de los cuadernillos o que hay semejanzas con mi vida en ciertos aspectos, pero la mayoría es ficción. <br /><br />5. ¿Habrá película de Canciones para Paula?<br /><br />Estamos contemplando esta posibilidad. Ojalá, por mí no hay problema y sería divertido ver CPP en el cine. Dependerá de que alguna productora se interese y presente un proyecto interesante a la editorial.<br /><br />6. ¿Qué pasará después de CPP?<br /><br />Estoy muy centrado en Cállame con un beso. Ahora mismo pienso solo en terminar la novela en los plazos que tengo para hacerlo. Luego, ya veremos. Espero continuar escribiendo novelas juveniles.<br /><br />7. ¿Te gustaría escribir otro tipo de novelas?<br /><br />Me siento cómodo en este género. Y creo que debo continuar en él. Tengo la novela de misterio ahí guardadita. Espero conseguir publicarla algún día también. Igual les gusta a las madres y padres de las seguidoras de CPP.<br /><br />8. ¿Vas a venir a...?<br /><br />De momento no voy a hacer más firmas. El verano será para escribir. He estado en treinta ciudades en un año y pico y necesito parar un poco. Cuando termine CC1B continuaremos viajando y espero visitar ciudades en las que aún no he estado como Coruña, Murcia, Santander, Cádiz, Ciudad Real...<br /><br />9. ¿Cómo puedo contactar contigo por la red?<br /><br />Tengo 135 cuentas de tuenti. Tres de ellas más personales, dos llenas. El lugar más sencillo para dar conmigo es Francisco Fernández González (foto principal una mía con un osito de peluche). En Facebook, soy Francisco de Paula Fernández y en Twitter, @franciscodpaula. A parte están las páginas oficiales en Facebook, Tuenti y twitter (@CpPaula) y nuestra web www.cancionesparapaula.com. Contesto a todo siempre que puedo.<br /><br />10. ¿Cuál es tu personaje favorito?<br /><br />A todos les tengo el mismo cariño. Soy más de escenas que de personajes. Con los dos finales me lo pasé genial y escribiendo el primer beso entre Paula y Ángel también.<br /><br />11. ¿Cuánto tiempo le dedicas al día a todo esto?<br /><br />Muchísimas horas. Vivo 24 horas pendiente de Canciones para Paula y todo el mundo que se ha generado entorno a él. <br /><br />12. ¿Qué te parece que te comparen con Federico Moccia?<br /><br />Genial. Un honor. Ojalá vendiera yo los millones de libros que ha vendido él, aunque no me puedo quejar, la verdad. Me parece un tipo muy simpático y que ha vuelto a relanzar la novela juvenil romántica. Me gusta su estilo, porque yo siempre he escrito parecido a como lo hace él: Frases cortas, capítulos cortitos con final intrigante, personajes muy definidos... aunque no es un referente para mí, sí que lo admiro. Incluso, yo mismo, le he regalado personalmente Canciones para Paula e intercambiamos correo electrónico. Todas las referencias que tengo de él son buenísimas. <br /><br />13. ¿Cómo surgió la idea de la canción “Grita que me quieres”, BSO de Canciones para Paula?<br /><br />Fue un gran amigo mío, Jaime Roldán, el que tuvo la idea. Hablamos un día por teléfono y me lo propuso. Jaime es un genio. Él compone canciones para muchos artistas y en quince días, junto a Jesús Domínguez, ya tenía la letra, la música y la cantante. Los dos pensamos en Robin para el tema, una cantante sevillana con una voz muy dulce. “Grita que me quieres” ha sido un éxito entre las seguidoras de CPP.<br /><br />14. ¿Sólo leen tus libros chicas adolescentes?<br /><br />Al principio, la mayoría eran chicas entre 14 y 18 años. Pero con el tiempo la franja de edad se ha extendido por arriba y por abajo. A las firmas, incluso vienen niñas de 11 y 12 años y universitarias enganchadas a los libros. También las madres se han unido a la aventura CPP. Ellas leen para ver que hacen sus hijas pero también para recordar sus años de adolescencia. Además, cada vez, más chicos leen Canciones para Paula. <br /><br />15. ¿Te ha cambiado la vida después de cumplir tu sueño?<br /><br />Sí, por supuesto. Mi vida es completamente diferente. Ahora todo es felicidad. Estoy en el momento más dulce de mi vida y me siento feliz. Sé que me queda mucho que aprender, que tengo que mejorar. Y los pies no se pueden separar del suelo. Me lo tomo todo con tranquilidad y con la mayor humildad. Estoy además, muy alegre por la gente que me quiere y que me ha apoyado durante este tiempo.<br /><br />16. Un consejo para los que se quieren dedicar a escribir.<br /><br />Paciencia, tranquilidad y no obsesionarse con publicar. Todo tiene su momento y las cosas hay que hacerlas poco a poco. Lo importante es divertirse escribiendo, hacerlo porque necesitas hacerlo. Publicar tiene que ser un premio, no el principal objetivo. No es sencillo, aunque si yo lo he logrado... cualquier persona puede conseguirlo.Francisco de Paula Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/01374628273101605292noreply@blogger.com21tag:blogger.com,1999:blog-6071323335840946738.post-66154991062078540612011-06-26T12:37:00.003+02:002011-06-26T12:41:27.753+02:00GIRA DE FIRMAS POR EL NORTE: FIN DEL TRAYECTOEl jueves 23 de junio cerré la gira de firmas que comenzamos allá por el lejano mes de diciembre: Valladolid, Gijón, Oviedo (dos veces), Valladolid, Alicante, Valencia, Salamanca, San Sebastián de los Reyes, Vigo, Logroño, Cáceres, Barcelona, Almería, Granada, Torredonjimeno, Sevilla (dos veces), Córdoba, Zaragoza, Madrid (cuatro veces), Vitoria, Bilbao y Pamplona. Es para no creérselo. Hace menos de dos años nadie sabía que existía, quien era yo, y publicar un libro era una quimera. Y unos meses más tarde he recorrido toda España firmando cientos de libros y recibiendo el cariño y el apoyo de los seguidores de las novelas. Es un sueño.<br /><br />21 Junio: Vitoria.<br /><br />Tengo que reconocer que antes de este viaje no las tenías todas conmigo. Estaba cansado de los miles de kilómetros que llevo hechos este año y lo que me apetecía era parar y centrarme en el nuevo libro. Así que cuando el martes me desperté a las seis de la mañana, recién llegado de otro viaje de varios días, lo que menos me apetecía era pasar otros tres días fuera de casa sin parar de un lado para otro.<br />Sin embargo, en cuanto llegué a Vitoria todo se me pasó y de nuevo afronté la experiencia con la mayor de las sonrisas. <br />No conocía ninguna de las ciudades a las que iba a ir en esta visita por el Norte. Y tengo que decir que las tres me encantaron. Además, la gente es muy noble, muy natural y nos trató de forma espectacular. <br />Le tengo que dar las gracias en primer lugar a la editorial Everest por darme esta oportunidad. No solo por estos últimos días, sino por haber apostado por mí durante estos meses. Después, a Nuria, que me ha acompañado en esta aventura y tan bien se ha portado conmigo. Y finalmente, a los comerciales y delegados de cada zona. En esta ocasión, me permito particularizar en los tres que me han hecho la vida tan fácil en estos tres días: Aitor, José Ángel y Fernando. Tres personas sensacionales y con quienes lo he pasado fenomenal. Ha sido todo mejor gracia a ellos.<br />A Vitoria llegamos con prisas como siempre. Y después de una entrevista por teléfono para la COPE en el tren, cuando llegamos a la ciudad nos fuimos volando a los estudios de Onda Cero. Entrevista muy entretenida con Maider y para la librería Elkar, donde la tele local y el Diario de Noticias esperaban. <br />Esto de los medios de comunicación... soy licenciado en periodismo y suponía hace unos años que yo estaría en el otro lado. Sin embargo, me he acostumbrado bien a las entrevistas, las fotos... no es sencillo para alguien introvertido como yo. Pero comprendo que es parte del “trabajo” que ahora hago y lo intento llevar con la mayor naturalidad posible. <br />Tras una ligera comida con Aitor y Nuria, a base de ensaladas, revueltos y verduras, me quedé un rato haciendo cosas con el PC. Tenía material atrasado y necesitaba organizarme un poco. Aproveché el WIFI del lugar en el que comimos, mientras Nuria daba un paseo por la ciudad y Aitor solucionaba unos asuntos de trabajo. <br />Y a las 18.00 firma en Elkar.<br />Es sorprendente toda la gente que sigue yendo a las presentaciones. Incluidas tres madres, que en esta oportunidad, suplieron a sus hijas que estaban de viaje de fin de curso a Salou. A las chicas vitorianas les costó preguntar, pero luego en la firma fueron de las más simpáticas de todas las que han venido a las firmas. Hasta me llevé alguna idea para Cállame con un beso de un grupito de cuatro jovencitas a las que estoy muy agradecido. Gracias a todas!!!<br />Y no solo asistieron adolescentes, como se suele pensar. A las firmas cada vez vienen más universitarias!!<br />Fue un gran día.<br />Nada más terminar, cerca de las 20.30, nos esperaba José Ángel, que en coche nos llevó hasta Bilbao. Aunque antes... cenamos.<br />¡Madre mía lo que cenamos!<br />Aún estoy lleno de todo lo que comimos en un restaurante en el monte desde donde se ve toda la ciudad. Aquella chuleta gigantesca y aquel codillo... uff. Sudores cada vez que pienso en ellos. <br />Menos mal que el Hotel estaba cerca y pronto nos fuimos a descansar.<br /><br />22 de junio: Bilbao.<br /><br />Tras pasar calor en Vitoria, más de treinta grados, el miércoles despertamos con menos de veinte y una lluvia tímida que agradecí sobre manera. Qué alegría de clima.<br />Nuria y yo desayunamos en el hotel donde después nos recogió Fernando, otro de los comerciales de la casa. Un gran tipo con el que disfruté muchísimo.<br />Los tres dimos un paseo por Bilbao hasta llegar a la librería Elkar. Allí más entrevistas, de Radio Euskadi, Gara, EFE... y conocí a Chantal, nuestra embajadora CPP en Vizcaya. Una chica majísima, que además, le encanta el deporte. Especialmente, el tenis y el básket. Los dos somos Nadalistas, aunque ella en grado máximo. <br />Sobre las dos, comimos en un restaurante italo-asiático. A mí la comida japonesa no me gusta, así que me decidí por unos canelones, que estaban bastante ricos. Desde que me intoxiqué con unas ostras hace unos años, no tolero nada que sabe un poco a mar.<br />Luego, cogimos el coche de Fernando y subimos hasta uno de los montes que rodea Bilbao para ver la ciudad desde arriba. Me entusiasmó la ciudad, que esperaba más grande y menos moderna. Es pequeña comparada con otras grandes capitales españolas, pero tiene un encanto especial. Volveré, sin duda.<br />A las 18.00 teníamos programada la presentación en la librería. Llegamos un poquito antes. Y mientras las chicas iban apareciendo y llenando las sillas, Chantal y yo nos quedamos un rato hablando de libros. Ha leído muchísimo. Y la envidio. Me encantaría tener tiempo para leer, pero ahora mismo es imposible. Cuando tenga un año tranquilo me dedicaré de nuevo a devorar novelas. Las de Laura Gallego serán las primeras. Tengo curiosidad. Apenas he leído libros juveniles, pero creo que va siendo hora de que me ponga al día, ya que me he metido en este mundo.<br />La charla con los chicos de Bilbao fue más movida que la de Vitoria, en especial, por un grupito de niñas de once años que estuvieron divertidísimas. Además, había unos chicos amigos de ellas, de la misma edad, que alborotaron un poco la sala. <br />A las 20.15 nos metieron prisa en la librería para que termináramos, que tenían que cerrar. Y fin a una nueva firma. La trigésimo no sé cuantos. <br />Nos despedimos de Chantal, después de hacernos unas fotitos y al hotel a descansar, no sin antes cenar un pincho de tortilla en un bar del centro.<br />Bilbao quedará dentro de mi cabeza como uno de los mejores lugares en los que he estado este año.<br /><br />23 de junio: Pamplona<br /><br />Jueves. Último día de la gira CPP. Y mirando atrás, parece que Valladolid, en diciembre, recién salido “¿Sabes que te quiero?” está a años luz. Y no, solo hace seis meses. Pero han pasado tantas cosas...<br />Nos levantamos tempranito. Desayunamos en el hotel, por cierto genial el nuevo Sercohotel de Bilbao, y en autobús para Pamplona.<br />Era raro que no pasara nada en este viaje. Demasiado tranquilo. Y de repente, me doy cuenta de que no llevo el carnet de identidad en la cartera. Falsa alarma. Abrí la maleta en medio de la estación de autobuses y en el bolsillo del pantalón que me puse dos días antes, allí estaba. Susto, nada más. <br />En Pamplona nos esperaba Aitor, que no había dormido mucho porque su hija de un mes, no le había dejado. Aprendí mucho de bebés en la conversación que él y Nuria mantuvieron mientras tomábamos un café en un local cercano a nuestro hotel en tierras navarras. Ya me tocará a mí algún día...<br />A las 13.30 habíamos quedado con Andrea, la embajadora CPP de Pamplona. Así que teníamos tiempo aún de pasear por la ciudad. Me enseñaron las calles por las que corren los toros en San Fermín. Incluso, entramos en la librería La casa del Libro y Carmelo, un tipo extraordinario, autor de Everest también, me regaló su libro sobre una de las fiestas más populares del país. No voy a engañar a nadie, no soy taurino y los San Fermines no los sigo. Pero este hombre me transmitió un buen rollo tan grande que lo acepté encantado. Hasta me hice una foto con él y le dediqué un marcapáginas para sus sobrina que es una gran seguidora de “Canciones para Paula”. Le regalaré el libro a mi padre, que sí que le encantan estos temas.<br />Con Andrea y Marta, su amiga que la acompañó, nos reunimos en el Gaucho, el restaurante de otro autor de Everest, que también me regaló dos libros dedicados. La verdad es que todo el mundo me trató fenomenal en Pamplona. Nos comimos unos pinchos riquísimos, especialmente el de roquefort, y nos tomamos un mosto (bueno, yo no. Yo agua, como siempre). <br />No estuvimos mucho tiempo en el Gaucho porque teníamos mesa reservada en Niza, un restaurante moderno donde comimos genial. Allí los cinco pasamos un rato muy agradable y me dio tiempo a conocer un poco más a Andrea, una chica extraordinaria y a su amiga Marta, que hizo de coembajadora. Gracias por todo, chicas. <br />Después de comer, caminata por Pamplona, mira que andamos en cada ciudad que visitamos, y al Corte Inglés donde teníamos la presentación. Nos fuimos con una hora y pico de antelación ya que Nuria había cerrado dos entrevistas.<br />Paula, del Diario de Noticias de Navarra, y Silvia, del Diario de Navarra, me entrevistaron. Al día siguiente, ambos medios sacaron una página cada uno con la noticia de la presentación de ¿Sabes que te quiero? en Pamplona. Siempre es bueno para nosotros salir en la prensa o en la radio. Esta vez, además, acudió la tele, Popular TV, que nos hizo unas preguntas a Andrea y a mí antes de empezar.<br />Cinco minutos antes de comenzar, solo había diez personas en la sala que nos había habilitado el Corte Inglés y tuve un poquito de miedo de que en la última firma de la gira no hubiera mucha gente. Sin embargo, poco a poco fueron llegando y Pamplona se convirtió en el lugar del Norte donde más seguidoras acudieron. Soy feliz con que solo una persona se acerque a nuestras firmas, pero ver las salas llenas, da un plus de motivación y de imagen. <br />A las 20.30 terminamos.<br />Era el final de la gira CPP. <br />Y con él un cúmulo de sensaciones contrapuestas. Felicidad por el trabajo bien hecho, tristeza por poner el cierre a una experiencia tan increíble, ansiedad porque ahora me toca escribir sin parar... muchas cosas.<br />Nos despedimos de Andrea, Marta y Aitor, y Nuria y yo nos fuimos al hotel. Como no tenían servicio de habitaciones, decidimos irnos a cenar a la calle. Subimos un momento a la habitación y mientras la esperaba vi por la puerta de cristal del hotel como pasaban cuatro de las chicas que habían ido a la presentación. Las saludé, hablamos y terminamos los seis cenando en un Pans de la ciudad. Fue un rato muy divertido con Nerea, Andrea, Amaya y Adriana. <br />A las 22.45 llegamos de nuevo al hotel y a dormir.<br />Antes me despedí de Nuria ya que cogíamos trenes diferentes a la vuelta y ya no nos volveremos a ver en el verano. Se ha portado genial conmigo y espero que la promoción de Cállame con un beso sea tan genial como ésta. <br />Y así transcurrió el final de la gira de firmas.<br />Estoy cansado aún. Son muchos viajes, muchas horas de tren, avión, esperas, entrevistas, firmas... ser el centro de atención desgasta, sobre todo para alguien introvertido y tímido como yo. Pero lo llevo lo mejor posible y con la mejor de las sonrisas. Espero haber estado a la altura.<br /><br />Ahora empieza una nueva etapa: dos meses en los que me dedicaré en cuerpo, alma y pensamiento casi en exclusividad a Cállame con un beso. Será duro. Una agonía dulce. Pero merecerá la pena. Seguro que sí.<br /><br />Hasta la próxima!Francisco de Paula Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/01374628273101605292noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-6071323335840946738.post-43542994619784981482011-06-26T12:37:00.000+02:002011-06-26T12:38:21.978+02:00GIRA DE FIRMAS POR EL NORTE: FIN DEL TRAYECTOEl jueves 23 de junio cerré la gira de firmas que comenzamos allá por el lejano mes de diciembre: Valladolid, Gijón, Oviedo (dos veces), Valladolid, Alicante, Valencia, Salamanca, San Sebastián de los Reyes, Vigo, Logroño, Cáceres, Barcelona, Almería, Granada, Torredonjimeno, Sevilla (dos veces), Córdoba, Zaragoza, Madrid (cuatro veces), Vitoria, Bilbao y Pamplona. Es para no creérselo. Hace menos de dos años nadie sabía que existía, quien era yo, y publicar un libro era una quimera. Y unos meses más tarde he recorrido toda España firmando cientos de libros y recibiendo el cariño y el apoyo de los seguidores de las novelas. Es un sueño.<br /><br />21 Junio: Vitoria.<br /><br />Tengo que reconocer que antes de este viaje no la tenías todas conmigo. Estaba cansado de los miles de kilómetros que llevo hechos este año y lo que me apetecía era parar y centrarme en el nuevo libro. Así que cuando el martes me desperté a las seis de la mañana, recién llegado de otro viaje de varios días, lo que menos me apetecía era pasar otros tres días fuera de casa sin parar de un lado para otro.<br />Sin embargo, en cuanto llegué a Vitoria todo se me pasó y de nuevo afronté la experiencia con la mayor de las sonrisas. <br />No conocía ninguna de las ciudades a las que iba a ir en esta visita por el Norte. Y tengo que decir que las tres me encantaron. Además, la gente es muy noble, muy natural y se portó con nosotros de forma espectacular. <br />Le tengo que dar las gracias en primer lugar a la editorial Everest por darme esta oportunidad. No solo por estos últimos días, sino por haber apostado por mí durante estos meses. Después, a Nuria, que me ha acompañado en esta experiencia y tan bien se ha portado conmigo. Y finalmente, a los comerciales y delegados de cada zona. En esta ocasión, me permito particularizar en los tres que me han hecho la vida tan fácil en estos tres días: Aitor, José Ángel y Fernando. Tres personas sensacionales y con quienes lo he pasado fenomenal. Ha sido todo mejor gracia a ellos.<br />A Vitoria llegamos con prisas como siempre. Y después de una entrevista por teléfono para la COPE en el tren, cuando llegamos a la ciudad nos fuimos volando a los estudios de Onda Cero. Entrevista muy entretenida con Maider y para la librería Elkar, donde la tele local y el Diario de Noticias esperaban. <br />Esto de los medios de comunicación... soy licenciado en periodismo y suponía hace unos años que yo estaría en el otro lado. Sin embargo, me he acostumbrado bien a las entrevistas, las fotos... no es sencillo para alguien introvertido como yo. Pero comprendo que es parte del “trabajo” que ahora hago y lo intento llevar con la mayor naturalidad posible. <br />Tras una ligera comida con Aitor y Nuria, a base de ensaladas, revueltos y verduras, me quedé un rato haciendo cosas con el PC. Tenía material atrasado y necesitaba organizarme un poco. Aproveché el WIFI del lugar en el que comimos, mientras Nuria daba un paseo por la ciudad y Aitor solucionaba unos asuntos de trabajo. <br />Y a las 18.00 firma en Elkar.<br />Es sorprendente toda la gente que sigue yendo a las presentaciones. Incluidas tres madres, que en esta oportunidad, suplieron a sus hijas que estaban de viaje de fin de curso a Salou. A las chicas vitorianas les costó preguntar, pero luego en la firma fueron de las más simpáticas de todas las que han venido a las firmas. Hasta me llevé alguna idea para Cállame con un beso de un grupito de cuatro jovencitas a las que estoy muy agradecido. Gracias a todas!!!<br />Y no solo asistieron adolescentes, como se suele pensar. A las firmas cada vez vienen más universitarias!!<br />Fue un gran día.<br />Nada más terminar, cerca de las 20.30, nos esperaba José Ángel, que en coche nos llevó hasta Bilbao. Aunque antes... cenamos.<br />¡Madre mía lo que cenamos!<br />Aún estoy lleno de todo lo que comimos en un restaurante en el monte desde donde se ve toda la ciudad. Aquella chuleta gigantesca y aquel codillo... uff. Sudores cada vez que pienso en ellos. <br />Menos mal que el Hotel estaba cerca y pronto nos fuimos a descansar.<br /><br />22 de junio: Bilbao.<br /><br />Tras pasar calor en Vitoria, más de treinta grados, el miércoles despertamos con menos de veinte y una lluvia tímida que agradecí sobre manera. Qué alegría de clima.<br />Nuria y yo desayunamos en el hotel donde después nos recogió Fernando, otro de los comerciales de la casa. Un gran tipo con el que disfruté muchísimo.<br />Los tres dimos un paseo por Bilbao hasta llegar a la librería Elkar. Allí más entrevistas, de Radio Euskadi, Gara, EFE... y conocí a Chantal, nuestra embajadora CPP en Vizcaya. Una chica majísima, que además, le encanta el deporte. Especialmente, el tenis y el básket. Los dos somos Nadalistas, aunque ella en grado máximo. <br />Sobre las dos, comimos en un restaurante italo-asiático. A mí la comida japonesa no me gusta, así que me decidí por unos canelones, que estaban bastante ricos. Desde que me intoxiqué con unas ostras hace unos años, no tolero nada que sabe un poco a mar.<br />Luego, cogimos el coche de Fernando y subimos hasta uno de los montes que rodea Bilbao para ver la ciudad desde arriba. Me entusiasmó la ciudad, que esperaba más grande y menos moderna. Es pequeña comparada con otras grandes capitales españolas, pero tiene un encanto especial. Volveré, sin duda.<br />A las 18.00 teníamos programada la presentación en la librería. Llegamos un poquito antes. Y mientras las chicas iban apareciendo y llenando las sillas, Chantal y yo nos quedamos un rato hablando de libros. Ha leído muchísimo. Y la envidio. Me encantaría tener tiempo para leer, pero ahora mismo es imposible. Cuando tenga un año tranquilo me dedicaré de nuevo a devorar novelas. Las de Laura Gallego serán las primeras. Tengo curiosidad. Apenas he leído libros juveniles, pero creo que va siendo hora de que me ponga al día, ya que me he metido en este mundo.<br />La charla con los chicos de Bilbao fue más movida que la de Vitoria, en especial, por un grupito de niñas de once años que estuvieron divertidísimas. Además, había unos chicos amigos de ellas, de la misma edad, que alborotaron un poco la sala. <br />A las 20.15 nos metieron prisa en la librería para que termináramos, que tenían que cerrar. Y fin a una nueva firma. La trigésimo no sé cuantos. <br />Nos despedimos de Chantal, después de hacernos unas fotitos y al hotel a descansar, no sin antes cenar un pincho de tortilla en un bar del centro.<br />Bilbao quedará dentro de mi cabeza como uno de los mejores lugares en los que he estado este año.<br /><br />23 de junio: Pamplona<br /><br />Jueves. Último día de la gira CPP. Y mirando atrás, parece que Valladolid, en diciembre, recién salido “¿Sabes que te quiero?” está a años luz. Y no, solo hace seis meses. Pero han pasado tantas cosas...<br />Nos levantamos tempranito. Desayunamos en el hotel, por cierto genial el nuevo Sercohotel de Bilbao, y en autobús para Pamplona.<br />Era raro que no pasara nada en este viaje. Demasiado tranquilo. Y de repente, me doy cuenta de que no llevo el carnet de identidad en la cartera. Falsa alarma. Abrí la maleta en medio de la estación de autobuses y en el bolsillo del pantalón que me puse dos días antes, allí estaba. Susto, nada más. <br />En Pamplona nos esperaba Aitor, que no había dormido mucho porque su hija de un mes, no le había dejado. Aprendí mucho de bebés en la conversación que él y Nuria mantuvieron mientras tomábamos un café en un local cercano a nuestro hotel en tierras navarras. Ya me tocará a mí algún día...<br />A las 13.30 habíamos quedado con Andrea, la embajadora CPP de Pamplona. Así que teníamos tiempo aún de pasear por la ciudad. Me enseñaron las calles por las que corren los toros en San Fermín. Incluso, entramos en la librería La casa del Libro y Carmelo, un tipo extraordinario, autor de Everest también, me regaló su libro sobre una de las fiestas más populares del país. No voy a engañar a nadie, no soy taurino y los San Fermines no los sigo. Pero este hombre me transmitió un buen rollo tan grande que lo acepté encantado. Hasta me hice una foto con él y le dediqué un marcapáginas para sus sobrina que es una gran seguidora de “Canciones para Paula”. Le regalaré el libro a mi padre, que sí que le encantan estos temas.<br />Con Andrea y Marta, su amiga que la acompañó, nos reunimos en el Gaucho, el restaurante de otro autor de Everest, que también me regaló dos libros dedicados. La verdad es que todo el mundo me trató fenomenal en Pamplona. Nos comimos unos pinchos riquísimos, especialmente el de roquefort, y nos tomamos un mosto (bueno, yo no. Yo agua, como siempre). <br />No estuvimos mucho tiempo en el Gaucho porque teníamos mesa reservada en Niza, un restaurante moderno donde comimos genial. Allí los cinco pasamos un rato muy agradable y me dio tiempo a conocer un poco más a Andrea, una chica extraordinaria y a su amiga Marta, que hizo de coembajadora. Gracias por todo, chicas. <br />Después de comer, caminata por Pamplona, mira que andamos en cada ciudad que visitamos, y al Corte Inglés donde teníamos la presentación. Nos fuimos con una hora y pico de antelación ya que Nuria había cerrado dos entrevistas.<br />Paula, del Diario de Noticias de Navarra, y Silvia, del Diario de Navarra, me entrevistaron. Al día siguiente, ambos medios sacaron una página cada uno con la noticia de la presentación de ¿Sabes que te quiero? en Pamplona. Siempre es bueno para nosotros salir en la prensa o en la radio. Esta vez, además, acudió la tele, Popular TV, que nos hizo unas preguntas a Andrea y a mí antes de empezar.<br />Cinco minutos antes de comenzar, solo había diez personas en la sala que nos había habilitado el Corte Inglés y tuve un poquito de miedo de que en la última firma de la gira no hubiera mucha gente. Sin embargo, poco a poco fueron llegando y Pamplona se convirtió en el lugar del Norte donde más seguidoras acudieron. Soy feliz con que solo una persona se acerque a nuestras firmas, pero ver las salas llenas, da un plus de motivación y de imagen. <br />A las 20.30 terminamos.<br />Era el final de la gira CPP. <br />Y con él un cúmulo de sensaciones contrapuestas. Felicidad por el trabajo bien hecho, tristeza por poner el cierre a una experiencia tan increíble, ansiedad porque ahora me toca escribir sin parar... muchas cosas.<br />Nos despedimos de Andrea, Marta y Aitor, y Nuria y yo nos fuimos al hotel. Como no tenían servicio de habitaciones, decidimos irnos a cenar a la calle. Subimos un momento a la habitación y mientras la esperaba vi por la puerta de cristal del hotel como pasaban cuatro de las chicas que habían ido a la presentación. Las saludé, hablamos y terminamos los seis cenando en un Pans de la ciudad. Fue un rato muy divertido con Nerea, Andrea, Amaya y Adriana. <br />A las 22.45 llegamos de nuevo al hotel y a dormir.<br />Antes me despedí de Nuria ya que cogíamos trenes diferentes a la vuelta y ya no nos volveremos a ver en el verano. Se ha portado genial conmigo y espero que la promoción de Cállame con un beso sea tan genial como ésta. <br />Y así transcurrió el final de la gira de firmas.<br />Estoy cansado aún. Son muchos viajes, muchas horas de tren, avión, esperas, entrevistas, firmas... ser el centro de atención desgasta, sobre todo para alguien introvertido y tímido como yo. Pero lo llevo lo mejor posible y con la mejor de las sonrisas. Espero haber estado a la altura.<br /><br />Ahora empieza una nueva etapa: dos meses en los que me dedicaré en cuerpo, alma y pensamiento casi en exclusividad a Cállame con un beso. Será duro. Una agonía dulce. Pero merecerá la pena. Seguro que sí.<br /><br />Hasta la próxima!Francisco de Paula Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/01374628273101605292noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-6071323335840946738.post-31369483257400349212011-06-13T13:02:00.001+02:002011-06-13T13:02:50.778+02:00ESPECTACULAR CIERRE A LA FERIA DEL LIBRO DE MADRIDSi soy sincero, no me esperaba para nada que viniera tanta gente. El sábado era cuando tenía previsto que se llenara el Pabellón de Círculo de Lectores y que hubiera una gran cola en la firma, pero el domingo no estaba en mis planes como algo tan grande.<br />Sin embargo, el cierre de la feria del libro de Madrid en la caseta de FNAC, ha sido uno de los días más bonitos que recuerdo en toda mi vida.<br />Y menos mal. Porque tenía un sabor de boca amargo del sábado por todo lo que había pasado. Hay cosas que no comprendo todavía.<br />El domingo había más gente aún, lo he comprobado en las firmas de mi libreta, tenía menos tiempo, y sin embargo no se puede comparar como me sentí un día al otro. Nadie me metió prisa con ninguna seguidora, nadie me dijo que no me hiciera ninguna foto o que la hiciera yo, nadie me cronometró cuanto tardaba con cada chico y todo fue fenomenal. Ni un solo guarda de seguridad me dijo nada y en la caseta de FNAC todo eran buenas palabras y sonrisas. ¿Por qué no pudo ser así el sábado?<br />Creo que tengo la respuesta, pero prefiero guardármela. Y dar las gracias tanto a la gente que fue el sábado como a la que fue el domingo y a todas las personas que han colaborado para que este fin de semana haya sido así.<br />Solo dejo un mensaje: LOS MÁS IMPORTANTES SON LOS SEGUIDORES. Ellos vienen, hacen colas, se gastan su dinero (20 euros son muchos euros) y además, todos los que han venido el sábado y el domingo han tenido un comportamiento de diez. Ni una mala cara, ni una queja por la cola, nada. Y si un chico o una chica, hace una cola de dos horas, pasando calor y tiene la ilusión de venir a algo así... no se le puede decir que no se pueden hacer una foto o que se den prisa firmando o cronometrar cuanto tiempo tardo en firmarles. Espero que esto no pase nunca más porque si el domingo ha sido uno de los mejores días de mi vida, el sábado cuando llegué a mi casa me sentía fatal.<br /><br />GRACIAS, con mayúsculas, a FNAC, a Mercedes y todas las personas que estaban en la caseta. Me sentí fenomenal. Gracias por permitirme estar 50 minutos más de lo que estaba programado, por como me tratasteis y por comprender todo lo que he puesto arriba. Además, me hace muchísima ilusión colaborar en lo que me dijisteis para Septiembre. Estaré encantado!!!<br />Gracias también a Javier Urra, por sus palabras de ánimo y sus felicitaciones. Significa mucho para mí que personas como él, hablar tan bien de nuestra aventura. Y también a Santiago García-Clairac por acercarse a saludarme. También a Elena, Bea, Marimar, Marru, Paloma la embajadora...<br /><br />Hoy sí estoy muy feliz. Lo de ayer fue algo inenarrable. No consiste en tener igual o más gente en la cola, ni compararme con autores como Moccia o Laura Gallego, dos grandes de la literatura juvenil, de los que tengo y debo aprender. Por cierto, gracias a Laura por su simpatía cuando me acerqué a saludarla. Esto no es una competición de autores y yo acabo de empezar en esto. Me siento afortunadísimo de vivir lo que estoy viviendo y de aprender cada día un poquito más. Ellos son unos cracks, venden millones de libros por todo el mundo y me siento muy halagado de algunos comentarios que recibí ayer. Pero hay que seguir con los pies en el suelo, pelear mucho por las cosas, ser humildes y entender que la vida es una cuestión de rachas. Me toca una dulce y hay que continuar trabajando mucho para que dure el máximo tiempo posible.<br /><br />Y dejo el final para vosotros. Los importantes de esto. Millones de gracias chicos. Algunos vinisteis los dos días, solo me falta firmaros los calcetines. Gracias. A las clásicas, a las chicas del twitter, a las granizados, a las que vinisteis de otras ciudades, de los alrededores de la capital, a los que hicisteis dos horas de cola pasando calor, a los que fuisteis a la feria del libro de Madrid solo para mi firma. A todos. Porque esta historia existe gracias a vosotros. Y mientras, que vosotros queráis, seguirá adelante.<br /><br />Próxima parada Vitoria, Bilbao y Pamplona.Francisco de Paula Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/01374628273101605292noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-6071323335840946738.post-46112979214239642032011-06-13T13:00:00.000+02:002011-06-13T13:01:37.574+02:00PRIMER DÍA DE UN FIN DE SEMANA INOLVIDABLE. MADRID 2011Ayer fue un día para no olvidar. No solo lo digo por lo bueno, sino también por ciertas cosas que pasaron y que esta vez no quiero dejar pasar por alto.<br /><br />Pero voy a empezar por lo positivo. Y lo mejor de toda esta aventura sois los seguidores de las novelas. No tengo palabras para agradeceros todo lo que sucedió ayer. No sé cuanta gente fue a la Fiesta CPP y luego a la firma, pero sobrepasó todos los pronósticos. Menos los míos. Sé como sois y lo que me habíais contado estas semanas. Y cumplisteis mis expectativas. Llenamos el pabellón Círculo de Lectores y luego todos fuisteis muy amables conmigo en la firma. Millones de gracias, chicos. Si en este momento estoy animado es por vosotros.<br />Además, el comportamiento de todos fue ejemplar. Ni un solo problema, ni una mala cara por la cola increíble que hubo, todos simpatiquísimos y comprensivos en la firma. Espectacular todos. Y no es fácil que no haya ni un solo percance con tantas y tantas personas que asististeis, primero a la fiesta CPP y luego a la firma en la caseta de Everest.<br /><br />Sin embargo, fue la firma en la que peor lo pasé yo. Y no tenía que haber sido así. Hoy sigo sin sentirme bien, porque era realmente un día para disfrutar. Todo eso que se generó es fruto de un trabajo increíble, de horas y horas de dedicación. Y ayer era el día para mirar, disfrutar y saborear lo que entre todos hemos conseguido: Que esta aventura de Canciones para Paula se haya convertido en algo tan bonito y tan ilusionante.<br />Pido perdón (En mi nombre, que es por lo único que puedo hacerme responsable) por la letra de mis firmas, por el poco tiempo que cada uno tuvisteis para “hablar” conmigo, por no poder hacerme fotos con todos, porque algunos os quedarais sin el libro de “Canciones para Paula” ya que no había en nuestra caseta de Everest desde una hora antes de acabar la firma, por si os faltó alguno de los regalitos que también se agotaron... y sobre todo, por si no estuve tan cercano con vosotros como suelo estar en las firmas. Eso es lo que más me fastidia de todo.<br />Las circunstancias no fueron las mejores. Me pedían cada dos por tres que me diera prisa, que nada de fotos, los de seguridad hasta me medían el tiempo de cada firma... y fue muy difícil para mí hacer las cosas de esta manera. A mí no me hubiera importado terminar la firma en un banco del Retiro. Sé solo lo que me dijeron: que a las 21.30 las casetas cierran (aunque he visto muchas veces casetas de autores importantes abiertas a las 21.45 y cerca de las 22.00). No sé si hay que avisar, o hay que prever las cosas o hay que anticiparse. O si nadie imaginó que podíais ir tantos. Yo sí que lo había pensado porque soy el que trata con vosotros. Pero ayer me sentí... un poco solo en todo esto.<br />Tampoco soy un autor de renombre, o alguien que se imponga. Solo soy un tal Blue Jeans, que escribe para jóvenes. Creo que no nos dieron importancia ayer. Es fácil que alguien de seguridad se dirija a mí y me diga que me dé prisa o que me informen de que hay amenazas de que si no me doy prisa dejan a media cola fuera... ¿Falta de previsión? Ni idea. No veo yo a dos tipos de seguridad acercándose a Antonio Gala, Ken Follet o Federico Moccia, y le diga algo así. Y no me comparo con ellos, ni mucho menos. Estoy a años luz. Pero ayer, vosotros, sí vosotros, hicisteis que nuestra historia, pudiera compararse en importancia a sus historias.<br />¿Qué pasa que es la primera vez que ven una gran fila en una caseta? ¿A todos les dicen que no se hagan fotos con los seguidores o te desafían con la mirada?<br />Y vuelvo a decir que me sentí un poco solo en todo esto.<br />Con tanta presión y tan exigido no se pueden hacer las cosas bien.<br />Algunos vinisteis desde Cáceres, Albacete, Coruña, Segovia, alrededores de Madrid... solo a verme. Hicisteis dos horas de cola. Para luego llegar hasta a mí y “despacharos” en medio minuto, deciros que no se pueden hacer fotos y escribiros algo en vuestros libros que muchas veces no sé si tenía sentido o no”. Lo siento.<br />Prefiero no firmar más, que hacer las cosas así. Y lo digo con total sinceridad.<br />Prefiero invitaros a todos un día en una cafetería y firmar tranquilamente, que ir a un sitio y trataros de esta manera. Quizá esté diciendo una tontería, pero ya han pasado unas horas desde que pasó todo esto, y en frío sigo creyendo que ayer, no estuvimos a vuestra altura.<br /><br />Siento tener que escribir esto. Pero no podía dejarlo pasar por alto. Es el primer problema que tengo en un evento así, pero ha sido en el día clave.<br /><br />Por lo demás, la mañana fue mejor de lo esperado. No hice publicidad en internet para concentrar todo por la tarde. Sin embargo, firmé más de 50 libros de 12 a 14.30.<br /><br />Al medio día hice una entrevista muy divertida con Alba y su madre. No os la perdáis!<br /><br />La fiesta CPP fue un éxito. Leímos el primer capítulo de “Cállame con un beso”, jugamos al Trivial y contesté las preguntas que me hicieron. Mil gracias a Alba, una de las ganadoras del concurso “Un libro y un café” y también a nuestra super embajadora, Paloma, que lo hizo fenomenal. También doy las gracias a Paula Dalli por acercarse a la caseta y pasar con nosotros una hora allí, después de venir de su firma. Eres una persona sensacional, Paula y te mereces todo lo bueno que te está pasando. Siento no haber podido hablar un ratito contigo. Ni siquiera nos hicimos una foto!<br /><br />Y nada más. Hoy firmo de 19.00 a 21.00 en la caseta de FNAC y espero divertirme y sobre todo que vosotros os divirtáis.<br />Porque sois vosotros, los que realmente, tenéis importancia en todo esto. Los que pagáis veinte eurazos por cada libro, los que guardáis las colas, los que animáis, los que me escribís, los que me apoyáis con vuestros comentarios... y por vosotros es por lo que todo esto merece la pena.Francisco de Paula Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/01374628273101605292noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-6071323335840946738.post-19395697190215250872011-05-31T15:26:00.000+02:002011-05-31T15:27:02.852+02:00GRAN FINAL DE MAYO: ZARAGOZA Y MADRIDSigue la promoción por toda España. <br />Esta gira que me está llevando por tantas ciudades del país, continuó el sábado en Zaragoza. Ida y vuelta el mismo día. Y ya en Madrid, el domingo, hice mi primera firma en el Retiro. Muchísima gente en los dos lugares. No pueden ir mejor las cosas.<br /><br />Sábado 28 de mayo<br /><br />Esta vez no me tocó madrugar! Bueno, no demasiado. El AVE Madrid-Zaragoza salía a las 9.30, aunque a las 8.30 ya estaba en Atocha para desayunar. Para mí, es la comida más importante del día. Lo descubrí hace unos años y puedo estar sin comer, sin merendar o sin cenar, pero necesito tomar algo por la mañana. Y un café. Imprescindible. <br />Cuando Nuria llegó, nos subimos al tren y rumbo a Zaragoza.<br />No había firmado todavía allí y por ese motivo tenía muchas ganas de ir. Siempre que me informan de las ciudades que voy a visitar, siento curiosidad por la respuesta de la gente. ¿Funcionará bien? ¿Se habrán enterado los seguidores de que estaré allí? ¿Y si no va nadie? ¿Cómo se portarán los medios? <br />Pero la respuesta al final siempre es muy positiva. <br />En el Paraninfo de la Universidad teníamos la presentación. Un sitio precioso. Enorme y perfecto para este tipo de eventos. Allí atendí a la prensa y conocí a la gran Alba Gimeno, Aby para los amigos, la embajadora de Zaragoza. Una chica ejemplar. Nos ayudó, se lo pasó en grande y me hizo reír. Con personas como ella da gusto. Mil gracias por todo Aby y espero que nos volvamos a ver pronto.<br />Joaquín Casanova, el director de la feria del libro de Zaragoza, nos atendió fenomenal y también fue muy amable conmigo el escritor Juan Bolea. <br />Al coloquio con algunos seguidores de CPP, asistió Begoña Oro, la autora de “Pomelo y Limón”, a la que me hizo mucha ilusión conocer. Prometo leer el libro. <br />Fue un acto muy entretenido, con preguntas de todo tipo. <br />Me siento cada vez más cómodo en esta parte de los viajes. Aunque haya cosas que he explicado muchísimas veces como de donde viene lo de “Blue Jeans”, si me siento identificado con alguno de los personajes o cómo se me ocurrió la idea de “Canciones para Paula”. Pero la seguiré respondiendo todas las veces que haga falta y encantado de ello, además. <br />Luego fuimos a comer con José Antonio, el comercial de la zona, uno de los tipos más peculiares que he conocido en esta aventura. ¡Y perdón por lo de “tipo” y “peculiar”! ¡Pero es la verdad! Los que lo conocen saben por qué lo digo. He de decir que me lo pasé en grande con él en Logroño y lo mismo en Zaragoza, porque no solo hace muy bien su trabajo, sino que te mantiene la sonrisa en la boca todo el tiempo.<br />He aprendido una lección importante en estos meses que apliqué por fin en este viaje: al medio día hay que comer algo ligero y pasar de solomillos enormes o impresionantes platos caseros. Menú de degustación a medias con Alba: Un poquito de pan con tomate, unos huevos rotos para compartir y lomitos de lubina. Bien. <br />Y aunque el cierzo nos recibió por la mañana, ya desde el mediodía, hacía calor. Es lo que más me afecta. Me pasó en Sevilla la semana pasada e intenté que no me volviera a ocurrir esta vez. Mucho agua y buscar la sombra. Esto puede parecer una tontería para algunos, pero cuando te pasas el día andando de un lado para otro y con la tensión permanente de que todo el mundo está pendiente de ti, cuanto más fresco estés, mejor. Y el calor es mi mayor problema. Bueno, también el maquillaje que me ponen cuando voy a la tele, eso no lo soporto! <br />Mucha gente en la caseta de la Librería Central. Muchísima. Pero antes de firmar se acercó Sandra, la autora de “El violín negro”, que es maña. Un encanto de persona que está triunfando con sus libros. Gracias por todo Ladyghost!<br />De 18.30 a 20.30, dos horas sin parar de firmar y de conocer en persona a muchas seguidoras CPP como Nuria, Natalia, Karina, las Paula, Miriam, Sara, Claudia, Anastasia, Lorena, Desi, Belén, Irene y Andrea, María, Laruskina, Lucía, Cristina los amigos de Alba... y a las ciento y pico de personas que estuvisteis, gracias a todos, de verdad. <br />Es un verdadero placer recibir tanto cariño y comprobar como tanta gente se acerca solo para hablar un poquito contigo y que le firmes un libro. Es algo muy especial. Me hace sentir bien. Además, mi libreta de firmas, que ya es la segunda que tengo porque la primera se completó, me sirve de apoyo y para animarme en los momentos más bajos.<br />No sé si lo he contado alguna vez, pero conforme estoy firmando, tengo una libreta, en la que los seguidores de CPP me firman a mí. Algunos se ponen nerviosos y no saben que escribir. Otros se sueltan y me hacen largos comentarios de agradecimiento. Pero cada dedicatoria es especial y tiene su importancia. Este mundo de Canciones para Paula transmite buen rollo. Y también es un mundo interactivo. Siempre tiene que existir el contacto entre los lectores y yo. Y lo de la libreta es una manera y una oportunidad más para que expresen lo que piensan de los libros y lo que ha supuesto para ellos y que yo lo lea y lo sienta. Mi libreta de firmas es uno de los mayores tesoros que tengo ahora mismo en mi casa.<br />Y después de firmar en el libro de la Feria y conversar un rato con Joaquín, al que prometí que volvería el año que viene, Nuria y yo nos despedimos de Alba y de José Antonio, y de nuevo al AVE rumbo a Madrid.<br />Y como siempre en nuestros viajes, nos pasó algo. El tren se estropeó y estuvimos un rato parados en Calatayud. Afortunadamente, la espera no fue excesivamente larga y llegamos a casa sin mucho retraso.<br /><br />Domingo 29 de mayo<br /><br />Aunque me gusta viajar, se agradece que la firma sea al lado de casa. No hay mucha distancia desde donde vivo hasta el Retiro y después de tantos kilómetros recorridos en este año y pico... <br />Me encanta la feria del libro de Madrid. Disfruto muchísimo. Si por mí fuera estaría los quince días que dura metido en la caseta de Everest. Pero eso no puede ser porque hay más autores y también están Bob Esponja y Caillou! Precisamente, con este último compartí firma el domingo. Vienen muchísimos niños a verlo. Lo que no saben estos pequeños es el calor que pasan los que van dentro de esa enorme cabeza. Pobres. <br />Tenía mis dudas sobre la gente que iría al ser un domingo, por la mañana, con el tiempo así así... pero no sé por qué dudo de algo que tiene que ver con Canciones para Paula, porque siempre sale todo bien. De 12.00 a 14.30, solo los últimos cinco minutos tuve tiempo de hablar con Vicky, sí esa Vicky con la que todos los blogueros intercambiáis emails y que se ha hecho tan famosa, porque hasta entonces no dejé de firmar libros. Chicos y chicas, algunos ya conocidos, otros que veía por primera vez y otros que acababan de comprar el libro. También muchos padres, que acudían en nombre de sus hijas que no habían podido ir por los exámenes. Así que solo por la mañana ya firmé más de cien libros entre ellos uno a Irene Contenta, una gran seguidora CPP, Isabel, Vega y su hernana, May, Gym, Paula, Lucía, Alba, Irene, Zahira, Marta o a Perla. <br />Por allí también se pasaron para saludarme Javier Ruescas (Cuentos de Bereth y Tempus Fugit), Begoña Oro (que conocí en Zaragoza el día anterior) y Elena Tiramisú (¿me dejas que te llame así?). ¡Gracias por el Tiramisú! Fue mi cena y estaba riquísimo. <br />Y tras volver a casa a comer algo, ver el final de la carrera de F1 y la última etapa del Giro, regreso al Retiro donde tenía tres horas más de firma por la tarde en la caseta 293.<br />No puedo nombrar a todos, mi memoria es cada vez más corta y tampoco me cabrían aquí los nombres de las personas que vinistéis, pero quiero que sepáis que a todos y cada uno, me encantó veros y os doy las gracias.<br />Por allí se pasaron Geli y Lara Barrantes. Geli es la chica que a más firmas ha venido, una clásica de esta aventura. Y a su amiga Lara no la conocía personalmente, aunque sí que teníamos contacto vía Tuenti. Gracias a las dos, fuisteis muy agradables conmigo, como siempre. ¡Os espero la semana que viene!<br />También conocí por fin a Andrea Urango, que vino con su hermano, y a la que me hizo muchísima ilusión verla. Y a Paula Lady Madrid y a su hermana, a las chicas del Videoblog que fueron simpatiquísimas, a todas las chicas de mi Twitter como Elisa, Nieves... también se animó a ir Sandra, que ya estuvo por la mañana, con una amiga y la cumpleañera Marta, y Ester Capicúa McDonald, Natalia Miller (que no me dijo que era ella), Marta, Andrea, Irene, Eva y Adriana...<br />Pierdo la cuenta de todos los que asistieron. Solo deciros que me pasé veinte minutos luego leyendo la libreta de firmas. <br />Muchas veces pienso que esto no puede estar pasándome a mí. ¿Esto es verdad?<br />Esta semana la tengo de “descanso”, pero lo mejor es que el 11 y el 12 de junio vuelvo al Retiro.<br />El sábado 11 haremos algo bonito en el Pabellón de Círculo de Lectores a las 18.00 y más tarde firma en la caseta de Everest de 19.00 a 21.30. Espero que vaya mucha gente.<br />Y el domingo 12, a las 19.00 horas, una cita muy especial. FNAC me ha invitado a que firme en su caseta de la feria. Y no estaré solo. Habrá varios autores más, entre ellos Guillermo Fesser y Juan Luis Cano de Gomaespuma y Federico Moccia. ¡SEGUIDORES DE CPP NO ME DEJÉIS SOLO! Jaja. Será un día muy bonito y una gran culminación de la feria del libro de Madrid.Francisco de Paula Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/01374628273101605292noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-6071323335840946738.post-30969325944918326592011-05-26T20:00:00.000+02:002011-05-26T20:01:20.227+02:00AMOR A LOS 14. ÚLTIMO CAPÍTULO.Los acordes de una guitarra, suaves, mágicos, penetrantes, me hacen pensar en todo lo que hoy ha ocurrido. Abrazada a la almohada escucho música. Estoy destapada, no tengo frío, aunque todavía llevo los calcetines puestos. Los mismos calcetines que esta mañana se colorearon de verde por la hierba húmeda.<br />Amaneció nublado. Y justo cuando salí de casa para ir al instituto, comenzó a llover débilmente. Como siempre, no llevaba paraguas. Llegaría a clase con el pelo hecho un desastre. Aunque en esta ocasión no me importaba demasiado. Tenía muchas cosas en la cabeza como para preocuparme por mi peinado. Sin embargo, alguien se acercó por detrás hasta mí y me resguardó bajo su paraguas. Me quedé sorprendida cuando descubrí que aquella persona era Alicia. <br />Ella y yo no habíamos hablado desde ayer al salir de clase cuando le solté todas esas cosas. Ni por las redes sociales, ni por el Messenger, ni tampoco por SMS. Nada. Así que suponía que estábamos enfadadas. En cambio, la mirada de mi amiga era como si nada hubiera pasado entre nosotras. Y sonreía. Enseguida supe el motivo.<br />Lo primero que Ali me dijo era que no quería tener mal rollo conmigo y que me necesitaba. En silencio, la escuchaba atenta.<br />“Verás Laura. Yo sé como soy. No soy lista y a veces me llevo palos por ser tan ingenua. Me enamoro con mucha facilidad. Y creo que me ha vuelto a pasar. Aunque siento que esta vez es diferente. Me parece que me he pillado de Pablo.”<br />No podía creer lo que estaba oyendo. ¿Hablaba en serio?<br />“Sé como es él. Y que cuando nos enrollamos tal vez solo me quería para eso. Lo ha hecho con otras chicas.”<br />¡Lo ha hecho conmigo! Estuve a punto de gritarle. Pero me contuve y seguí escuchando su historia. <br />“Ayer, por la tarde, me llamó y vino a mi casa. Sabía que estaba mal por lo que había pasado contigo en clase. Y no te voy a mentir, te pusimos verde los dos. Pero poco a poco, comprendimos que era normal que tú estuvieras enfadada.”<br />La lluvia caía con más fuerza a medida que nos acercábamos al instituto. Como las palabras de Alicia, que conforme más me contaba, más emoción contenían.<br />“Hablamos mucho. Toda la tarde, hasta que se hizo de noche. Yo pensaba que solo quería liarse conmigo y estaba esperando el momento oportuno. Pero sorprendentemente, no fue así. Se fue a su casa, sin ni siquiera intentarlo. Solo un beso en los labios de despedida. Me quedé... Vi a un Pablo diferente. No al de los últimos meses, sino a aquel chico que salía contigo. Te envidiaba cuando estabais juntos, porque pensaba que erais la pareja perfecta y que yo nunca podría tener algo así.”<br />Estábamos en la puerta del instituto. Alicia se paró y me miró a los ojos. <br />“Me gusta. Y puede que me estrelle porque, realmente, no estoy segura de que él quiera algo serio conmigo. Pero basta de que nosotras nos tiremos los trastos a la cabeza por los tíos. Si te molesta que lo intente con Pablo, pasaré de él.”<br />Lo decía de verdad. Sus palabras eran más sinceras que nunca. Hasta parecía más madura. Y yo, ¿qué podía contestarle?<br />Sabía que Pablo no era de fiar. Que lo más probable era que le hiciera daño. Conmigo había pasado lo mismo. Sin embargo, al ver como le brillaban los ojos y la forma en la que me lo contó, me hizo darme cuenta de que yo no era nadie para romper sus ilusiones y mucho menos para juzgarla. Así que sonreí, le di un beso en la mejilla y le respondí que la apoyaría en todo lo que decidiera. Con un abrazo bajo la lluvia, Alicia y yo firmamos la paz definitiva. Amigas para siempre. <br />Y de repente me sentí más aliviada, por una parte, aunque al mismo tiempo, me apetecía llorar. Había sufrido tanto en los últimos días. Las cosas con Alicia no habían dejado de complicarse una vez tras otra. Y ahora que lo habíamos arreglado, me invadía un extraño vacío por dentro. Un vacío que me angustiaba y me impedía estar bien. Sabía qué era lo que me aprisionaba. Sobre mi corazón pesaba todavía lo que había pasado con Adrián el día anterior. <br />En ese momento, como si me hubiera estado leyendo el pensamiento, surgió de alguna parte, el chico que me estaba volviendo loca en todos los sentimos. Adrián tampoco llevaba paraguas. Estaba empapado y las gotas de lluvia le resbalaban una tras otra por la cara. Alicia se apresuró a taparlo también pero él no quiso. Al contrario. Y sin que pudiera esperarlo, me cogió de la mano y tiró de mí en la dirección contraria al instituto. Alicia gritaba preguntando que a donde íbamos. Sin respuesta.<br />¡No tenía ni idea de que pretendía ni a donde me llevaba! <br />No reaccioné. Simplemente, me limité a caminar agarrada a su mano. Deprisa, demasiado deprisa. Tropezando. Resbalando. Pisando los charcos. Bañándonos en la lluvia. No sé cuanto recorrimos. Tampoco me preocupaba. Estaba tan sorprendida por lo que sucedía que ni siquiera podía pensar. Y mucho menos hablar.<br />Adrián sí que decía cosas.<br />“Lo nuestro ha sido complicado desde que nos conocimos. Siempre hemos ido cuesta arriba. Y unas veces por una cosa y otras veces por otra, no hemos logrado estar tranquilos. Pero ¿sabes?, creo que me he enamorado de ti.”<br />Era el día de las revelaciones. El día de las verdades absolutas. El día en el que el chico que me gustaba me estaba confesando su amor.<br />“Y te quiero. Lo sé. Leire me hizo dudar. Apareció de nuevo en mi vida. Y es verdad que ella lo era todo antes de que me cambiara de ciudad. Pero esta noche en la única que he pensado ha sido en ti.”<br />Entre gotas de lluvia y confesiones llegamos a una escalera. Hacía mucho que no iba a aquel lugar. A aquellos peldaños infinitos que llevaban a un parque lleno de nada: el parque de los cien escalones. <br />Subimos uno por uno. Adrián jadeaba por el esfuerzo, mientras continuaba hablando.<br />“Quiero que lo intentemos, Laura. Quiero ser tu novio. Que vayamos juntos al instituto, al cine, a comer. Quiero soñar contigo cada noche y que tú sueñes conmigo. Quiero verte cada día y saber que sonreirás porque me estás viendo a mí.”<br />Estaba convencida de que en cualquier momento me despertaría y descubriría que todo aquello era un sueño. No podía estar pasando de verdad. Era imposible que un chico me estuviera diciendo todo eso a mí. <br />Pero no estaba soñando. Lo comprobé cuando caí justo en el último escalón y sentí un punzante dolor en la rodilla. Adrián se agachó a mi lado y me dio un beso en la pierna. Luego me ayudó a levantarme y más despacio caminamos de la mano por el parque de los cien escalones. <br />“Te quiero, Laura”.<br />Y se detuvo. <br />Nos miramos fijamente. Yo estaba sin aliento. Apenas podía respirar, por los escalones, por la emoción, por la lluvia que me calaba, por todos esos días de tensión acumulada. En ese instante, Adrián sonrió. Se dio cuenta de lo que me pasaba. Estaba completamente bloqueada. Y me pidió que hiciera algo para lo que me había llevado hasta allí: ¡Gritar!<br />“Descubrí este parque la primera semana que llegué a esta ciudad. No fueron días sencillos. Después de clase, venía aquí y cuando no había nadie, gritaba. Me servía para desahogarme, para soltar todo lo que llevaba dentro. Para dejar escapar mi angustia. Creo que a ti te pasa algo parecido. Por eso te he traído hasta aquí. Para que grites y te desahogues... grita Laura.”<br />Pensé que se había vuelto loco. Sin embargo, sus ojos hablaban en serio. Me agarró con fuerza de la mano y me hizo un gesto afirmativo con la cabeza. Luego volvió a pedirme que gritara en voz baja.<br />Y sin pensarlo más, grité. Todo lo fuerte que pude. Solté su mano, cerré los ojos y apreté los puños. Nunca había hecho nada semejante. Grité durante varios segundos sin parar. Sin complejos. Sin pensar que podía haber alguien mirando. Sin miedo. Y debo reconocer que fue como el antídoto a mis males. El mejor de los remedios. Nunca habría imaginado que gritar como una loca en medio de ninguna parte pudiera hacerme sentir tan bien. <br />Terminé cuando quedé exhausta. <br />Sin tiempo para reponerme, Adrián se inclinó sobre mí y me besó. Con tanta energía y tanta pasión, que caímos al césped mojado. Unidos, en uno solo. <br />Nos besamos bajo la lluvia. Rodamos acompasados girando sobre nuestros cuerpos. Y por primera vez desde hacía mucho tiempo, me sentí completamente liberada de problemas y tensiones. Era feliz.<br />El resto del día lo hemos pasado juntos. Hablando, riendo, disfrutando. Y discutiendo. Sí, también hemos discutido, aunque haya sido de broma y hayan venido reconciliaciones con besos. <br />Ya lo hemos decidido: vamos a probarnos como pareja a ver como funcionamos. Leire y Pablo son historia. <br />No sabemos qué nos deparará el futuro. Y tampoco queremos saberlo. Solo deseamos vivir el día a día uno al lado del otro. Intentando hacer las cosas bien y queriéndonos cada minuto un poquito más. Creo que será divertido. <br />Es un bonito final de historia, que a su vez, es el comienzo de otra. Una nueva aventura que no tengo ni idea de cómo acabará. Espero que se prolongue mucho. Y que ese chico que llegó hace poco a la ciudad y levantó tanto revuelo, se convierta en el chico de mi vida.Francisco de Paula Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/01374628273101605292noreply@blogger.com9tag:blogger.com,1999:blog-6071323335840946738.post-64967858740093757842011-05-25T11:03:00.002+02:002011-05-25T11:12:12.111+02:00UNA BIBLIOTECA NECESARIAEn este texto, no voy a contar una historia, ni escribir un relato, ni os voy a exponer ninguna de mis reflexiones.<br />Escribo esto para pediros un favor, para quien quiera y pueda participar.<br /><br />Mi tío Mario, una de las personas que más admiro y que más fuerza tiene de todas las que conozco, transplantado dos veces de hígado y a la espera de un transplante de riñones desde hace varios años, se ha propuesto una cosa.<br /><br />Desde hace cinco años se somete a diálisis. Sus riñones no funcionan bien y necesita este tratamiento varias veces a la semana. Él es un luchador y es admirable como siempre que hablo con él está con una sonrisa y rebosando optimismo por todas partes.<br />EL otro día después de la firma en Sevilla me contó su nueva idea:<br /><br />CREAR UNA BIBLIOTECA EN EL CENTRO DE DIÁLISIS DE SEVILLA.<br /><br />Es una idea brillante, pues son muchas las personas, de todas las edades, que se pasan horas y horas allí durante meses.<br />Y me he propuesto echarle una mano.<br /><br />Ni que decir tiene que "Canciones para Paula" y "¿Sabes que te quiero?" formarán parte de esa biblioteca. Pero me gustaría que todo el que pudiera le echara una mano donando un libro. Lectores, autores amigos, editoriales... si queréis ayudar solo tenéis que mandar una novela, un cuento, lo que queráis al APARTADO 57 de CARMONA 41410 a mi nombre Francisco de Paula Fernández. <br /><br />ES UNA BUENA OPORTUNIDAD DE ECHAR UNA MANO DE LA MANERA MÁS SENCILLA Y BONITA, CON UN LIBRO.<br /><br />MIL GRACIAS A TODOS POR VUESTRA AYUDA :)Francisco de Paula Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/01374628273101605292noreply@blogger.com21tag:blogger.com,1999:blog-6071323335840946738.post-37790741048062072432011-05-24T20:20:00.001+02:002011-05-24T20:28:21.372+02:00SEGUNDA CITA EN ANDALUCÍA: CANSADO PERO MUY CONTENTOHan sido dos días muy largos e intensos. El viernes y el sábado nos dimos un atracón de kilómetros, firmas, charlas y calor. Tanto fue el esfuerzo y el cansancio, que cuando terminó todo me derrumbé y pasé unas horas bastante fastidiosas de salud. Pero ya estoy recuperado completamente y con ganas de que lleguen las firmas de Zaragoza y Madrid de este fin de semana.<br /><br />Viernes 20 de mayo.<br /><br />Tren Madrid-Córdoba y luego hora y media en coche.<br />Empezamos la etapa en Torredonjimeno, en el instituto Acebuche. El profesor José María Beltrán se puso en contacto conmigo para invitarnos a dar una charla en su centro sobre los libros. Tanto fue su interés que mandó a los alumnos de primero de bachiller, “Canciones para Paula”, como lectura obligatoria. Y claro, cuando a dos clases les obligas a leer un libro, es lógico que te encuentres con opiniones de todo tipo. Algunos de los chicos se quejaron de CPP en su twitter, lo que no esperaban es que yo leyera esos comentarios y les contestara.<br />Así, la situación fue muy divertida. Y novedosa. Tenía en un salón de actos, por una parte a un grupo de chavales que habían disfrutado muchísimo del libro y otros que no podían ni verlo. ¿Qué pasaría?<br />Tengo que felicitar a todos por su comportamiento. Hubo fases para el debate, para la discusión entre ambos bandos, para las risas... pero con máximo respeto y educación. La impresión que me llevé fue inmejorable y les doy las gracias a todos por su trato. <br />Luego, Nuria y yo nos fuimos a comer con Lola y Luis, los comerciales de Everest de la zona, que me trataron fenomenal. Comí estupendamente, como siempre, y nos pusimos camino a Córdoba, donde teníamos la firma por la tarde en el Corte Inglés. <br />Antes de comenzar a escribir esta crónica de viajes pensé en si debía contar ciertas cosas que escuchamos y nos dijeron en este centro. Me voy a morder la lengua y les doy las gracias a todos los que colaboraron para que la firma se produjese.<br />Las chicas de Córdoba son un encanto. Lo pasamos fenomenal allí. Tuvimos una amena charla con todas las que vinieron, unas cuarenta. Que aunque no soy David de María, tenemos nuestro público! Era el día en el que comenzaba la feria de la ciudad. No puedo estar más que agradecido a todas las que os acercasteis. Me hizo ilusión conocer a Rosa, que habla mucho conmigo en twitter y a Helena, una persona genial con la que mantengo contacto en facebook desde hace tiempo. No puedo nombrar a todo el mundo pero todas estuvisteis fenomenal.<br />Y ya pasadas las nueve de la noche, Miguel, al que volví a ver, Nuria y yo cogimos el coche rumbo a Carmona, mi pueblo. Allí viven mis padres y sigo yendo cuatro o cinco veces al año. Creo que hasta septiembre no podré volver.<br />La noche fue tranquila, intenté descansar lo máximo posible porque el día siguiente sería muy ajetreado.<br /><br />Sábado 21 de mayo.<br /><br />A las nueve cogí el bus que me llevaba a Sevilla. Más tarde, un taxi hasta plaza de Armas desde Nervión. Desayuno en la calle. Y autobús hasta Salteras, nuestro siguiente destino. <br />En la estación me volví a reunir con Nuria, no sé cuantos viajes llevamos ya juntos, y con María, la embajadora CPP de Sevilla que triplicaba mandato. ¡María hay que llegar antes! Jaja. Está nerviosa por los exámenes finales y por Selectividad que tiene dentro de poco. Hay confianza ya con ella, después de tres encuentros. <br />Hacía calor. Tal vez, el día del año en el que más. En esta parte de España, que conozco bien, siempre quema el sol cuando sale en mayo. <br />Llegamos a Salteras, pueblo sevillano precioso, antes de las doce. Allí teníamos un evento muy especial. Rocío, una de las administradoras de la gran página Juvenil Romántica, nos había invitado a pasar la mañana en la biblioteca de su localidad, la Emilio Lledó. La habían decorado con corazones que se repartían por las paredes, globos rojos y recipientes llenos de Sugus y piruletas. Genial.<br />El trato fue exquisito y nos sentimos como en casa, las dos horas y pico que duró la charla.<br />Luego nos marchamos a comer con Amparo, la encargada de la biblioteca, Rocío, Nuria, María y yo. Y cómo comimos en Salteras! De momento, se lleva el título de mejor carne. Sé que siempre hablo de este tema, pero es que en España se come increíble en todas partes.<br />Lo mejor de esta aventura es que conoces a gente de todo tipo y descubres la cantidad de gente buena y válida que hay por todas partes. Rocío, es una de esas personas que merece la pena y espero que su futuro sea tan brillante como es todo lo que ha conseguido hasta el momento. Se lo merece. Y también mucha suerte a Patry Orden Román, la autora de “Alas rotas”, que me regaló su libro! Mil gracias.<br />Y sin tiempo que perder, en bus de nuevo a Sevilla. Pasamos un calor dentro tremendo. Nos daba el sol de lleno y ese fue el principio de mi agobio.<br />En la capital, tuve que hacer un alto para comprar otra libreta de firmas. Se me ha terminado la que comencé en Alicante. La guardaré como si fuera oro por los cientos y cientos de comentarios de seguidores que me han escrito estos meses en las distintas ciudades en las que he estado. <br />A las siete empezaba la presentación, pero tuvimos que esperar un rato a que acabara una especie de cuentacuentos para niños y a que luego limpiaran el escenario. Se me hizo eterno por el calor. <br />Antes descubrí que en primera fila estaba con una amiga, Marta Pons!! A la que llamé Mónica! Fue divertido ver su cara cuando me equivoqué de nombre. Luego os contaré más de esta chica.<br />Mi familia también fue. Es muy bonito ver a mis padres, a mi hermana, tíos, primos, allí reunidos todos juntos por algo que tiene que ver conmigo. Todos han confiado mucho en mí, pero hasta hace dos años no había cumplido las expectativas. Al contrario. Por ellos, especialmente, me siento muy feliz de que esté pasando todo esto. <br />Una hora de preguntas y respuestas y a firmar!<br />Y tengo que confesar que Sevilla ha superado todos los records. <br />Increíble se queda corto para la cantidad de gente que hubo en la cola. Dos horas y media sin parar de firmar, de hacerme fotos, de hablar con todo el mundo... <br />Volví a ver a Cris, que me entregó una cartita. También a mi amiga Fátima, con un vendaje en el brazo que le firmé encantado ya que siempre es un placer encontrarme con ella (gracias por la pulserita) También con Cris Moon, que vino desde Huelva una vez más!!! Y a Gema Árbol, a la que regalamos un cartel de ¿Sabes que te quiero? para su viaje de fin de curso. Conocí por fin a chicas que me apetecía mucho ponerles cara como Mónica Six, Celia, Patro, Bea... y muchas más. Y descubrí la simpatía de Elena, de su hermana Paula y del resto de sus amigas. Y de todas las chicas que vinieron desde Cádiz!!!<br />El momento emotivo de la noche fue con Marta y con su amiga Andrea. Ella es una futura actriz que desde hace unos meses me manda por facebook unos mensajes privados divertidísimos. Incluso, ha conocido a mis primos porque viven en el mismo pueblo. Y es todo entusiasmo y simpatía. Cuando estaba firmándole me preguntó que donde podía conseguir una de mis gorras y me salió regalarle una. Y entonces se puso a llorar aunque intentó aguantar las lágrimas. Fue un momento muy bonito dentro del cansancio que ya llevaba acumulado. <br />Algunas firmas más y cierre de la caseta, hora y media después de los esperado.<br />Cerca de las once me fui a cenar con Nuria y mi familia, aunque no pude probar ni un solo bocado. Me encontraba realmente mal, pero muy feliz por la experiencia.<br />Sevilla siempre ha ido bien. Las tres firmas que hemos hecho en mi ciudad han sido geniales, pero esta tercera ha sido la mejor. Si por mí fuera repetía cada año, incluso con más tiempo.<br />Ahora toca seguir escribiendo y viajando por más ciudades. La próxima parada es en Zaragoza y al día siguiente, Madrid. Muchas ganas de continuar con la aventura.Francisco de Paula Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/01374628273101605292noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-6071323335840946738.post-26777902729702709872011-05-23T20:57:00.001+02:002011-05-23T20:58:27.549+02:00AMOR A LOS 14. CAPÍTULO 9.La ducha se ha convertido en uno de mis desestresantes preferidos. Es de los pocos momentos en nuestra ajetreada vida en el que estás a solas contigo misma. Sin nadie más que te moleste. Te evades del mundo, refugiándote bajo unas cuantas gotas de agua que, a presión, golpean tu cuerpo de manera incesante. Te relajas e intentas no pensar. Cierras los ojos y notas el calor en tu piel, como se empapa tu pelo... Y evitas pensar. “No pienses, no pienses...”. <br />¡Imposible! Ni bajo la ducha, he logrado hoy desconectar. Y que no se diga que no lo he intentado. Incluso, he cantado varios temas de Maldita Nerea y Despistaos. Mal, muy mal, porque desafino muchísimo. Pero cuando estaba entregada al “Caricias en tu espalda”, me he puesto a llorar como una tonta. ¿Por qué me ha tenido que pasar a mí? <br />El encuentro con Adrián y su ex novia me ha marcado demasiado. Leire es tan... tan... perfecta. Con esos ojos tan azules y ese pelo tan bien cuidado. Nos parecemos un poco, sí. Pero ella es la versión mejorada de mí. <br />Después de clase, los vi juntos. No me lo quería creer. Enseguida, supe quien era aquella chica. No podía ser otra. ¿Ella había sido la responsable de la ausencia de Adrián desde ayer por la tarde y la que le había mandado los mensajes al móvil? Tenía que saberlo. <br />Me acerqué hasta ellos que me miraron en cuanto grité el nombre del chico que me gustaba. Él se puso de pie, pero ni siquiera tuvo la intención de darme dos besos. Simplemente, me saludó con frialdad con la mano y me presentó a su acompañante. “Laura, ésta es Leire”. <br />Me quedé helada. Intuía de quien se trataba, pero ahora que me lo había confirmado, mis sensaciones eran más extrañas aún. Se me formó un nudo en la garganta y de lo único que tenía ganas era de salir corriendo de allí. Sin embargo, aguanté inmóvil, de pie, le di dos besos y esperé acontecimientos. <br />En los siguientes segundos, ninguno dijo nada. Al menos, no lo recuerdo. Fue un instante tenso. Yo por una parte quería saber que estaba pasando, pero por otra temía escuchar algo que me partiera el corazón. ¿Habían vuelto juntos? Esa idea no dejaba de atormentarme. Para ser sinceros, no podía competir con aquella belleza. Era una de las chicas más guapas que había visto nunca. <br />Sin embargo, lo que sucedió a continuación, me sorprendió. Adrián y Leire se despidieron y quedaron en llamarse más tarde. La chica me miró una última vez, sonrió con cierta tristeza y se marchó. <br />“¿Damos una vuelta?”, me preguntó Adrián cuando nos quedamos a solas. Asentí con la cabeza y comenzamos a caminar los dos juntos. Muy despacio. Como si quisiéramos parar el tiempo. Ojalá lo hubiéramos hecho si eso hubiera significado quedarme a su lado para siempre. Pero no se pueden conseguir las cosas que son imposibles y él me tenía que revelar lo que estaba pasando. <br />Soplaba un poco de viento frío. Aunque lo que realmente me hizo estremecer fue cada palabra que salió de la boca de Adrián. Estaba sereno y hablaba con la habitual tranquilidad con la que lo hace normalmente. A pesar de que la situación no era sencilla para él, no parecía nervioso. <br />“Entiendo que puedas estar enfadada conmigo...”, empezó a decir. “Pero ha surgido algo que me ha tenido ocupado estos días. Leire se ha escapado de casa”.<br />¿Qué? ¿Cómo? ¿Cuándo?<br />Preguntas y más preguntas invadieron rápidamente mi cabeza. Tantas que no era capaz de pronunciar ni una sola palabra. Bloqueada. Así que opté por quedarme en silencio, atenta a lo que Adrián me contaba. <br />“Nunca se ha llevado bien con sus padres. Siempre están discutiendo. Nunca había ido a más, pero el sábado, después de una nueva bronca, decidió fugarse. Cogió un autobús, me mandó un mensaje al móvil y vino a verme. Ella y yo, aunque ya no vivimos en la misma ciudad, seguimos en contacto por el Tuenti. Pasó la noche en mi casa, en mi habitación, sin que mis padres se enteraran. Hablamos mucho y finalmente la convencí para que volviera. Ella no quería pero accedió. Sin embargo, me engañó. Cuando ayer estaba en tu casa, me mandó un nuevo SMS en el que decía que no había vuelto y que estaba en mi cuarto llorando. Regresé con ella y estuvimos el resto del día juntos. Leire no tenía intención de irse a su casa. No sabía que hacer. Me rogaba para que la ocultara en mi dormitorio un par de días más, pero cuando esta mañana le subía algo de desayunar, mi madre la descubrió”. <br />Uff. Menuda historia. Estaba asombrada. Una chica, de mi edad, que se escapa de casa y se fuga en bus hasta la ciudad en la que vive su ex novio. ¡Cómo en una película! Yo no sería capaz. Pero había más. La parte más importante de todas y en las que yo estaba implicada.<br />“Cuando mi madre la pilló en mi dormitorio y después de contarle lo que sucedía, lo primero que hizo fue llamar a sus padres para tranquilizarlos. Ellos estaban muy preocupados e incluso habían ido a la policía para avisar de la desaparición de su hija. Leire habló con ellos por teléfono y llorando les pidió disculpas. Prometió regresar esta tarde pero les insistió en que la dejaran estar conmigo el resto de la mañana. Dijeron que sí y mis padres también me han dado permiso para no ir hoy a clase... Por eso, no he ido al instituto. Leire, además, tenía algo que decirme. Me ha contado que no se ha olvidado de mí. Que nunca ha dejado de quererme y desea que volvamos a ser novios. Que aunque no vivamos en la misma ciudad, podríamos pasar los fines de semana juntos y el resto del tiempo, seguir en contacto por el móvil y las redes sociales.”<br />Cada palabra que Adrián iba diciendo me hacía más daño. Finalmente, estaba en lo cierto. Su ex novia quería recuperarle. Y si lo pretendía seguro que lo lograba. <br />Seguimos andando, sin rumbo fijo. En silencio. Yo esperaba que continuara la historia, pero daba la impresión de que él estaba pensando como decirme las cosa sin hacerme más daño. Y prosiguió hablando:<br />“Tú me gustas. Ya lo sabes. Desde que te conocí me has gustado. Y no te puedes imaginar la de veces que pienso en ti a lo largo del día...”. Entonces se detuvo y me cogió de la mano. Me miró fijamente a los ojos y por primera vez noté inseguridad en su mirada. No sonreía, ni estaba serio. Su expresión era tan confusa como sus sentimientos. “Pero al ver de nuevo a Leire... y saber que es lo que siente, se han despertado dentro de mí sentimientos que pensaba que habían desaparecido completamente. Laura, estoy hecho un lío.”<br />¿Y yo? ¿Cómo estaba yo?<br />Mal. Mal, no: fatal. El chico del que me estaba enamorando, que me había arrebatado un trocito de mi corazón, me estaba diciendo que quizá su ex novia, que era mejor que yo, le seguía gustando.<br />¡Los tíos son todos iguales!<br />Me solté de su mano y sin decir nada, me puse a andar. Adrián, aceleró para colocarse a mi lado y uno junto al otro, caminamos hacia nuestras casas.<br />Aquel chico me estaba haciendo daño. Como el otro: Pablo. Los dos eran muy diferentes, pero ambos habían logrado el mismo resultado. Era lo que pensaba durante todo el trayecto. ¿Quién me mandaría a mí meterme en líos con chicos? ¿No había prometido en Navidades que pasaría de ellos? En el fondo, me lo tenía merecido. Por ingenua. Ya no es una cuestión de mala suerte, sino de que debo tener algo que hace que los tíos se fijen en otras cuando están conmigo. ¿Qué haré mal? No soy una modelo, pero tampoco estoy tan mal. ¿No?<br />Llegamos a mi casa. Y entonces ocurrió todo muy deprisa.<br />Adrián se puso delante de la puerta de entrada. Me preguntó que qué pensaba, que por qué no decía nada. Yo le pedí que por favor me dejara en paz. Si él tenía que pensar quien de las dos le gustaba más, yo también tenía que decidir si le volvía a hablar alguna vez.<br />Y cuando las cosas parecían que no podían ir peor entre nosotros, me besó. Sí, me besó. No sé si lo había planeado durante el camino, o le salió impulsivamente. Sentí sus labios presionando con fuerza los míos. Y sus manos aparecieron de repente en mi cintura. <br />¿Si me gustó?<br />¡Claro!<br />Tanto, que le puse mis codos en su pecho, lo empujé un poco hacia atrás, apartándolo, y con la palma de la mano derecha le solté una bofetada que hasta asustaría a cualquiera solo del sonido que hizo. <br />Jamás creo que olvide su cara en ese momento. Terror. Miedo. Pavor. Todos los estados mezclados en uno. Incluso, me sentí culpable. Pero no era tiempo ni de pedir disculpas, ni de rebajarse. Me despedí con un seco “adiós” y entré en mi casa.<br />Y así están las cosas. <br />Sé que lo he hecho mal. Pero también sé que tenía motivos para estar enfadada. No es justo que jueguen conmigo de esa forma. ¡No es nada justo!<br />A pesar de todo no estoy satisfecha de mis últimas actuaciones.<br />Le he pegado al chico que me gusta, que no sabe si le gusto yo o su ex novia, la chica perfecta y mi mejor amiga, Alicia, y yo estamos enfadadas porque se ha liado con mi ex novio, Pablo. Problemas y más problemas.<br />Creo que nada de esto tiene solución, aunque quien sabe que es lo que puede pasar mañana. Tal vez, como en las novelas, todo tenga un final feliz. Aunque lo dudo mucho. <br /><br />¿Cómo terminará la historia?<br />¿A quién elegirá Adrián?<br />¿Arreglará Laura todos los líos en los que se ha metido?<br />Y Pablo y Alicia, ¿seguirán juntos?<br /><br /><br />EL DÉCIMO Y ÚLTIMO CAPÍTULO DE AMOR A LOS 14 LO SUBIRÉ ESTE JUEVES 26 DE MAYO A LOS 20.00.Francisco de Paula Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/01374628273101605292noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-6071323335840946738.post-57135010402934398442011-05-18T10:34:00.003+02:002011-05-18T10:48:50.638+02:00TODOS/NADIE TIENE LA RAZÓNNo me suelo meter en estas cosas, pero me apetecía hacer una reflexión en voz alta de algo que realmente me está preocupando.<br />Llevamos unos días con el país revolucionado. Unos meses quizá. Tal vez, unos años. La crisis es la culpable. Escucho hablar del sistema, de los políticos, de mil cosas, en las que todos nos creemos expertos y tenemos opinión fiabilísima.<br />España es un país crítico por excelencia. Nada nos vale, esté quien esté. Pase lo que pase siempre habrá algo que criticar, que decir, que valorar. ¿Esto es bueno porque indica que el pueblo no se conforma y se mueve o es malo porque nunca estamos de acuerdo con nada? Ni idea. Simplemente, veo una situación, en la que unos te dicen una cosa y otros otra. Pero realmente, cada persona, cada grupo, cada movimiento, mira sus intereses. Y, ¿quién lleva razón? Todos y ninguno.<br />Vosotros, la mayoría que me leeis, sois gente joven. No os dejéis llevar por nadie. Creed en vuestras ideas, en vuestra capacidad, en vuestra realidad. Investigad, mirad, comprobad. Nunca deis por bueno algo que no habéis visto y nunca creáis que lo que os dicen es la verdad absoluta de las cosas. <br />Ni medios de comunicación, ni representantes de gobierno, oposición, grupos alternativos, redes sociales, actores, escritores, movimientos de masa... nadie tiene la verdad de las cosas. Solo tú mismo. Tú eres quien debe averiguar la verdad y seguir el camino que tú creas. <br />Intentarán convencerte y podrás ser convencido. Pero siempre bajo tu deseo y tras saber qué y por qué has llegado a ese punto.Francisco de Paula Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/01374628273101605292noreply@blogger.com10tag:blogger.com,1999:blog-6071323335840946738.post-39926577196440348612011-05-17T12:13:00.000+02:002011-05-17T12:14:44.678+02:00ALMERÍA-GRANADA, COMIENZA LA GIRA CPP POR ANDALUCÍATenía ganas de volver a viajar, de firmar, de hablar de los libros... y eso que solo hacía dos semanas que estuve en Logroño! Pero esta parte de la gira CPP comprende Andalucía y me seduce especialmente.<br />Almería y Granada han sido las primeras.<br />El viernes 13 de mayo, estaba en el aeropuerto tres horas antes de que saliera mi vuelo. ¿Motivos? Me tenía que ir solo a Granada y soy un desastre. Así, al menos, me aseguraba no perder el avión. Y no fue tan difícil. La T4 es enorme y presenta algún que otro problemilla de información. Pero entre unas cosas y otras, conseguí sacar mi tarjeta de embarque, comer, y acertar con el pasillo que me llevaba hasta la puerta correcta. ¡Bien! Soy torpe, pero no tanto. Por lo menos esta vez. La cosa no iba mal. Único inconveniente: 50 minutos de retraso en el despegue.<br />Llegué a Granada a las 18.00. <br />Taxi, hotel y para la feria del libro. No me tocaba firmar hasta el día siguiente, pero me apetecía mucho conocer a una persona que ha vivido paralelo a mí, o yo paralelo a él, durante este año y medio de Canciones para Paula: el gran escritor granadino Antonio Martín Morales compañero en Everest, autor de la saga, que recomiendo encarecidamente, “La Horda del diablo”. Antonio es un tipo increíble. Inteligente, locuaz, simpático, gracioso... y su mujer Zhined (creo que se escribe así), otro encanto de persona. Mientras él firmaba libros, yo hablaba con Nuria, Miguel (es el director comercial de Everest en Andalucía del que ya he hablado otras veces) y con Charly, el otro gran descubrimiento para mí en este viaje. Qué gran persona! Él es el comercial de Granada con el que me lo pasé fenomenal estos tres días. Me trató fenomenal y pasamos unos ratos buenísimos.<br />Cuando Antonio acabó, y tras paso breve por el hotel, nos marchamos los seis a cenar. Tapas granadinas y Coca Cola Ligth. Y luego... a bailar salsa!!! No os asustéis, yo no bailé nada. Si hay algo para lo que no he nacido es para bailar. Así que dejé paso a los profesionales. Cómo bailan Antonio y Zhined! Merengue, bachata, cumbia... todo. Me quedé con la boca abierta. <br />No nos fuimos muy tarde porque al día siguiente teníamos viaje a las 9.30. <br />Y así fue, después de un buen desayuno en el María Cristina, Nuria, Miguel, Charly y yo nos fuimos en coche hacia Almería. El trayecto fue divertidísimo y el de la vuelta aún más. Hablamos sobre todo de música. Y entre temas de el Boss y canciones de los ochenta se nos pasó volando las casi dos horas de camino. <br />La feria del libro de Almería, LILEC, es pequeña pero acogedora, en plena rambla. <br />Comencé haciendo un encuentro digital para lectores y luego la firma a las 13.00. Fue todo muy bien. Una hora sin parar de firmar y de hacerme fotos con todas las chic@s que vinieron y a la que doy las gracias. Fue bonito ver como en una ciudad donde todavía no habíamos estado, las seguidoras se vuelcan con CPP. Por allí pasó Canal Sur, el Ideal... <br />Luego, gran comida en un restaurante de la ciudad. Comí el típico tomate verde dulce de Almería, unas puntillitas (allí chipirones) y una lasagna de rape y verdura... increíble! Qué bien se come en España. En cualquier parte. <br />Y camino de vuelta en coche hacia Granada al ritmo de Siempre Así y Mártires del Compás, pese a las quejas de Charly, jaja.<br />La firma de Granada estuvo genial. No decepcionó. Estuvo a la altura y cumplió mis expectativas. Tenía muchas ganas de ir, ya que hacía tiempo que no iba y es de mis ciudades favoritas. <br />Primero estuvimos en el centro de exposiciones de CajaGranada, hablando del libro. Allí conocí a la embajadora de Granada, Marina. Ella es el ejemplo que la juventud es más de lo que muchas veces se dice. Una persona encantadora, humilde, muy lista y que lee todo lo que puede. Y solo tiene catorce años. Conoce a todos los autores y libros juveniles del momento. Y profesa por ellos una admiración extraordinaria. Ojalá volvamos a encontrarnos, porque nos caíste a todos fenomenal, Marina.<br />También estaba Tania, la segunda embajadora. Ella quedó segunda en las votaciones del concurso, pero como había obtenido tantos votos, compartió parte del evento con nosotros. Y se portó fenomenal, ayudándonos en todo. Ya la conocía porque ella es administradora del blog “our never land” e incluso habíamos hablado por teléfono para una entrevista. Gracias a ambas por todo.<br />En la firma conocí personalmente a Sofía Hinojo, una de las primeras chicas que apareció en este mundo CPP, allá en los tiempos del Fotolog, y a Carmen Heredia, sin duda, la chica que más veces me ha preguntado que cuándo iba a ir a Granada a firmar libros. Carmen eres una crack y tu padre igual!!! También a Natalia del blog “Arte-Literario”, a la que me hizo mucha ilusión encontrar (cuando vea a Vicky la saludaré de tu parte) A otras muchas seguidoras les puse cara por fin después de hablar con ellas a través de las redes sociales.<br />Tras una Coca Cola con las embajadoras, la prima de Marina, Charly y un matrimonio dueño de una librería en Granada, Nuria y yo nos fuimos al hotel muy cansados. Un bocadillo de jamón con tomate para cenar y tranquilamente, a dormir. <br />Al día siguiente, avión de regreso a Madrid a las 9.45.<br />Y así ha dado comienzo nuestra gira por Andalucía que la semana que viene continuará por Jaén, Córdoba y Sevilla. <br />Hay ganas!!Francisco de Paula Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/01374628273101605292noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-6071323335840946738.post-82073884372399885562011-05-16T15:44:00.000+02:002011-05-16T15:45:32.695+02:00AMOR A LOS 14. CAPÍTULO 8Hoy he escrito en un papel lo que siento. Dicen que una de las mejores maneras para desahogarte es soltándolo todo en una página en blanco. Y eso he hecho. He cogido una libreta, un bolígrafo de tinta azul y me he tumbado en la cama dispuesta a dejar libres cada uno de mis pensamientos. Ha resultado, ya que durante varios minutos no he dejado de escribir ni un instante. Uff. Lo necesitaba.<br />Para que nos vamos a engañar, no estoy bien. Nada bien. Y es que las cosas han cambiado mucho en tan solo un día. <br />Cuando me desperté esta mañana lo primero que hice fue mirar el móvil por si Adrián me había dejado algún mensaje o me había llamado. Nada. Ayer desapareció después de recibir aquel SMS y no volvió a dar señales de vida. Somos vecinos, ¿debería de haber ido a su casa a preguntar qué le había pasado? Quizá. Pero todavía no me había quedado muy claro que éramos y que derechos y obligaciones tenía con él. Así que me aguanté y me fui a la cama triste. Hasta me entraron ganas de llorar. Me gusta mucho ese chico y que se marchara así, sin dar explicaciones y no volviera a llamarme, me afectó de verdad. Observaba el móvil cada dos minutos deseando que sonara, que fuera él. Que sensación de angustia tan enorme. Me preguntaba qué estaría haciendo, por qué no se ponía en contacto conmigo. ¿No lo habíamos pasado bien juntos? ¿No me merecía algunas respuestas? Yo creía que sí. Aunque no fuéramos novios todavía. Aunque solo fuéramos compañeros de clase con los sentimientos confusos. Aunque fuéramos amigos y nada más. Pero después de lo que había ocurrido entre ambos durante el fin de semana, lo menos que me merecía era una llamada. Sin embargo, esta no se produjo.<br />Esta mañana, mientras me dirigía hacia el instituto, deseaba con todas mis ganas encontrármelo en el camino. Abrazarle, besarle. Cogerle de la mano y reírnos en silencio. No reprocharle nada, sino simplemente, seguir con lo nuestro. Nuestra historia. Soy tonta, lo sé. Pero mis intenciones eran esas. En cambio, ni rastro de Adrián. ¿Estaría ya en clase?<br />No. No estaba. Y tampoco asistió a la primera hora. Ni a la segunda. Ni apareció en la tercera. Ahora sí, empezaba a preocuparme de verdad. ¿Y si le había pasado algo serio? Estuve a punto de marcharme en el recreo, pero tampoco tenía demasiado sentido que lo hiciera. ¿Cómo iba a justificar mi falta de asistencia? Entonces, y aunque está prohibido usar los teléfonos en el recreo, decidí llamarle. Me escondí en el gimnasio después de asegurarme de que no había nadie. Y lo llamé. Dos, tres veces. Me estaba volviendo loca. Siempre la misma respuesta. El número al que estaba llamando estaba apagado o fuera de cobertura.<br />¡No me lo podía creer!<br />Adrián se había esfumado. Había desaparecido de la tierra.<br />Sentada en una montaña de colchonetas le daba vueltas a la cabeza. Intentaba buscar algo que se me hubiera pasado por alto. Era tal mi locura que hasta me planteé las posibilidades más surrealistas. ¿Lo habían abducido los extraterrestres? ¿Se había fugado de casa? ¿Y si Adrián realmente no existía y era todo fruto de mi imaginación?<br />No. ¡Todo aquello era imposible! Y yo me estaba volviendo loca de verdad. <br />Retrocedí en el tiempo y analicé la situación. Y la conclusión a la que llegué es que las dos veces que Adrián desapareció y se comportó de manera extraña fue tras recibir aquellos misteriosos mensajes en el móvil. Ahí estaba la clave. ¿Quién se los enviaría y qué dirían?<br />En esas reflexiones estaba cuando la puerta del gimnasio se abrió. Rápidamente, me levanté y me escondí detrás de la montaña de colchonetas. Lo único que me faltaba es que el profesor de educación física me pillara allí en la hora del recreo. Sin embargo, pronto me di cuenta de que no era una, sino dos personas las que entraron. Se reían y hablaban en voz baja. Y luego... ¿besos?<br />¿Aquello era lo que parecía? ¡Sí! ¡Una pareja se había metido en el gimnasio para enrollarse allí dentro! <br />Rezaba para que no vinieran a las colchonetas. Si algo lo deseas mucho... se supone que se cumple. O no. Porque la parejita no tuvo en cuenta mis súplicas y se dirigió exactamente hacia donde yo estaba. ¡Madre mía! ¡No quería presenciar nada de lo que no estaba invitada a presenciar! Me di la vuelta y me tumbé en el suelo para que no me vieran. Los chicos sin ningún tipo de pudor, se echaron en la colchoneta de arriba y comenzaron a besuquearse. Y yo al lado, tumbada y muerta de vergüenza. ¡Qué marrón tan grande!<br />¿Duraría mucho aquella fiesta? El timbre que anunciaba el final del recreo no tardaría en sonar. <br />Cerré los ojos y volví a rezar. En esta ocasión imploré para que solo hubiera besos. Que no pasaran a la siguiente fase, por favor. Mi vida estaría marcada para siempre por aquella pareja si decidían dar un paso más. Pero afortunadamente, el timbre sonó. ¡Salvada por la campana! <br />Los chicos se dieron los últimos besos y riendo se levantaron. Menos mal, fin a la pesadilla. Aunque en ese momento, que ya no había peligro, sentí curiosidad por saber de quienes se trataba. Muy despacio me fui incorporando y me asomé por uno de los costados de la montaña de colchonetas. Y entonces, me quedé blanca. Mira que eso es difícil, porque mis pómulos siembre están sonrosados. Menuda sorpresa...<br />El chico era nada más y nada menos que mi ex: Pablo. Se estaba peinando con las manos cuando lo vi. Sonreía y resoplaba jadeante. Y ella... ¿la chica del cine? No. No era Susana, la tía más buena de mi clase. Ojalá lo hubiera sido. Sin embargo, a quien descubrí metiendo la mano en el bolsillo trasero del vaquero de Pablo fue a Alicia.<br />Alicia y Pablo...<br />¿Cómo me podían hacer algo así? Mi mejor amiga y mi único ex novio. El chico que hasta hace dos días me hacía dudar si lo quería y la chica que sabía todo de mí, con la que había compartido tantas cosas en estos años. <br />Tardé en reaccionar. Hasta tal punto que perdí la siguiente clase. A lo de Adrián, había que sumar lo que acababa de ver. No comprendía nada. ¿Desde cuándo se liaban esos dos? ¿Era una venganza por lo del sábado? ¿Estaban saliendo o solo era un rollo ocasional? <br />Bah, Qué mas daba. Yo no tenía derecho a juzgarles. Aunque me hervía la sangre, no podía prohibirles que estuvieran juntos. Si se querían, era su problema. Sí, un gran problema, porque aquella relación no tenía ningún futuro. Sabiendo como es uno y como es la otra, no durarían nada. <br />La hora pasó. Mi estado de ánimo estaba por los suelos. No puedo negarlo. Pero debía volver a clase. Tal vez, Adrián estaría ya allí. Eso me daría ánimos. Y con ese mínimo de esperanza salí del gimnasio y regresé a mi aula. <br />Nueva desilusión. El chico del que me estaba enamorando seguía desaparecido. Su asiento estaba vacío. Alicia me miró desconcertada al verme. Como el profesor ya había entrado en clase, no pudimos hablar nada, pero con gestos, me preguntó que donde me había metido. No le respondí y giré la cara hacia otro lado. Estaba muy enfadada y también preocupada, así que permanecí toda la hora comiéndome la cabeza. <br />Adrián, Pablo y Alicia... todos se habían puesto en mi contra. ¡No era justo! <br />Quería gritar, explotar. Decirle a todos que no se rieran de mí. Yo no había hecho nada malo. Alguien tenía que pagar mi rabia. Y fue... mi amiga.<br />Alicia se acercó en el último intercambio de clase. Quiso saber donde me había metido en la hora que había faltado. No le respondí al principio, pero cuando me dijo que si me pasaba algo que no tenía buena cara... no me pude contener. Le solté todo lo que había visto en el gimnasio y le grité que si aquello era una especie de venganza. Hasta le insinué que ella se había convertido en el segundo plato de los chicos que yo no quería. Ella no respondió nada. Se marchó a su asiento en silencio y permaneció el resto de la clase mirando hacia ninguna parte. <br />Que mal me sentí. Me fui arrepintiendo de todo lo que le había dicho en cada minuto de la siguiente hora. ¿Cómo había podido hablarle de esa manera? <br />Y lo peor fue que no pude disculparme. Al sonar el timbre, mi amiga salió corriendo y no me dejó que me acercara. Había metido la pata una vez más. Y estaba vez era grave. <br />Pero la mañana y los sobresaltos no habían terminado.<br />En el camino de vuelta a casa, lo vi. Sí, era él. Estaba sentado en un banco del parque cercano a casa. ¡Adrián! ¡Por fin! Pero no estaba solo. Una chica muy guapa le acompañaba. Los dos estaban hablando, muy juntos. Como una pareja. <br />¿Qué hacía? <br />Ya no sabía que sentía. Estaba confusa, triste, cansada de todo y de todos... pero saqué fuerzas y me acerqué hasta ellos. Quería una explicación. <br />Suspiré, me subí la mochila y apreté los dientes. <br />Antes de llegar hasta ellos grité su nombre. ¡Adrián! Él me miró y ella también. La observé más de cerca. Era una chica preciosa, pero lo más curioso es que aunque no la había visto en mi vida, me resultaba algo familiar. Enseguida, supe el motivo.<br />Aquella chica se parecía a mí. Por tanto, no podía tratarse de otra que de Lidia, la ex del chico que me gustaba.Francisco de Paula Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/01374628273101605292noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-6071323335840946738.post-52646306065362020492011-05-11T18:31:00.000+02:002011-05-11T18:49:12.994+02:00AMOR A LOS 14. CAPÍTULO 7¡Menudo domingo!<br />Creo que con mi vida podrían hacer una película o una novela juvenil. Y es que las casualidades no paran de sucederse. ¿Es cosa del destino? En este caso, creo que más bien ha sido cosa de mi madre.<br />Hoy me levanté bastante tarde. Tenía mucho sueño porque anoche me costó dormirme. Normal. Los besos con Adrián, la pillada a Pablo, el enfado de Alicia... todo pasó muy deprisa y de una forma inesperada. Demasiadas cosas en mi cabeza. Por mucho que le ordenaba a mi mente que descansara, ésta era incapaz de relajarse. Ni contando ovejitas, ni escuchando música tranquila... nada. Imposible. Me dormí cerca de las cuatro de la madrugada. Así que hasta las once y media no me he levantado.<br />Mientras desayunaba, mi madre me contó que ayer habló con Eva, la vecina. Sí, la madre de Adrián. ¿Mi suegra? Suena muy raro llamarla así. Soy muy joven para tener suegras. Sin embargo, si empiezo a salir con él, esa señora se convertirá en eso. ¿No? El caso es que las dos conversaron animadamente y decidieron que hoy comeríamos las familias juntas. ¡Día de paella en el jardín!<br />Por un momento, pensé en que esto podría parecer la típica comida familiar planeada entre los padres del novio y de la novia. Pero cuando Eva y mi madre hablaron ni siquiera nos habíamos besado. ¡Qué casualidad! Justo el día después de liarnos, ya tenía que comer con su familia. Raro, ¿no?<br />A decir verdad, tampoco era tan mala idea. Podría volver a estar con Adrián. Aunque no sabía exactamente como comportarme. Después de lo de ayer, ¿éramos novios? Lo estuve pensando el resto de la mañana. Y solo estaba segura de una cosa: fuéramos lo que fuéramos, mis padres y los suyos no podían enterarse de nada. <br />Cuando sonó el timbre de mi casa, me puse muy nerviosa. Mi madre me gritó que abriera y yo corrí hasta la puerta, no sin antes tropezar con una doblez de la alfombra y casi estrellarme de cabeza contra el suelo. ¡Qué torpe! Por esto, cuando abrí, estaba colorada, una vez más, como un tomate. ¡Con lo mona que me había puesto! Había sacado del armario un vestido precioso, blanco, que me llega por las rodillas. Tal vez, un poco fresco para la época del año en la que estamos. ¡Pero para gustar hay que sufrir! <br />Adrián estaba muy guapo. Vestido totalmente con ropa vaquera azul. Me sonrió al verme y me dio dos besos, el segundo de ellos un pelín más largo. Luego su madre y su padre, que me saludaron con mucha efusividad. Qué simpáticos. Mis padres llegaron enseguida y los besos y abrazos se prolongaron. Los seis salimos al jardín. <br />¿Por qué siempre son los hombres los que preparan la paella de los domingos? Es una ley no escrita que se cumple una vez tras otra. Así que mi padre, Adrián y Arturo, su padre, se pusieron manos a la obra. Mientras, mi madre, Eva y yo nos encargamos del resto de cosas. Y entonces comenzó el bombardeo de preguntas. Parecía un concurso. Mi futura suegra preguntaba y yo respondía. ¿Cómo me iba en clase? ¿Qué quería estudiar cuando fuera mayor? ¿Qué pensaba de esto o de aquello?... y la pregunta clave. Llegó tras una sonrisilla maligna: ¿no hay ningún chico que te guste?<br />Mi madre y yo nos miramos antes de contestar. ¿Qué le decía yo a esta buena mujer? ¡Y delante de mi madre! <br />Dudé, tartamudeé y mentí: no. No había ningún chico que me gustara.<br />Creo que nadie me creyó. Además, mis mejillas me delataban. Pero al menos, en esta ocasión, me libré. El interrogatorio terminó porque los hombres nos llamaron: la comida estaba lista. <br />Me senté junto a Adrián. Era lo que llevaba esperando desde que llegaron. Había planteado inventarme cualquier excusa para que subiera a mi habitación. Pero hubiera sido gastar un cartucho demasiado pronto. Así que me aguanté las ganas de estar a solas con él. Teníamos que hablar. Pero aún no era el momento adecuado. <br />Es muy extraño estar al lado de la persona que te gusta y hacer como si nada. Nos rozamos un par de veces con los brazos y nuestras manos coincidieron por casualidad en la cestita de mimbre del pan. Fue un momento muy especial. Aunque parezca poca cosa, el simple contacto con sus dedos, me puso nerviosa y me provocó escalofríos. En ese instante, me entraron unas ganas enormes de besarle. Y creo que a él también le pasó. Pero nos contuvimos. <br />En la mitad de la comida descubrimos un nuevo método de contacto: por debajo de la mesa, con los pies. Hicimos “piececitos” un rato, hasta que le di sin querer una patada a su padre. ¡Que vergüenza! ¿Alguna vez se me curará el ser tan torpe? Creo que sé la respuesta. Por mi culpa, se nos cortó el rollo, aunque Adrián se estuvo riendo un buen rato. <br />A pesar de que es un chico bastante callado, y en ocasiones, excesivamente prudente y tímido, cuando sonríe se le ilumina la cara. Y si serio es guapo, riendo, es... perfecto. <br />Mis ganas de besarle aumentaban cada minuto y entonces ya no lo soporté más. Le propuse subir a mi habitación para que escuchara una canción que había descubierto hacía poco. Le hablé entusiasmada del “Solamente tú” de Pablo Alborán. Él accedió a subir a mi cuarto, pero cuando estábamos poniéndonos de pie, mi madre nos dijo que esperáramos, que el postre estaba listo: una mousse de limón que llevaba toda la mañana preparando.<br />Uff. Qué mala pata. <br />Le dije que no me apetecía pero insistió tanto que no nos quedó más remedio que quedarnos. ¡Vaya fastidio! ¡Yo quería otro postre!<br />Nos volvimos a sentar y aguardamos pacientes nuestro momento. <br />Aunque la mousse de limón estaba riquísima, deseaba con todas mis fuerzas que nos dieran permiso para levantarnos. Miré a mi madre a los ojos cuando me tomé el último trocito de postre y ésta hizo un gesto con la mano condescendiente. ¡Nos podíamos ir!<br />Casi agarro a Adrián por la mano, pero me controlé. Retiré la silla de la mesa con cuidado, me puse de pie despacio y sin mirar hacia atrás entré en la casa. Supuse que él vendría detrás de mí. Y así fue. Oía sus pasos cercanos. Hasta que llegó a mi altura y los dos caminamos hacia mi habitación. <br />Y de nuevo me puse nerviosa. Iba a estar a solas en mi cuarto con el chico que me gustaba. ¡Madre mía!<br />Afortunadamente, durante la mañana, previendo que podría pasar lo que estaba pasando, arreglé mi dormitorio. Todo estaba bien guardado y recogido. Incluso, olía a vainilla, gracias a una vela perfumada que encendí después de desayunar. El ambiente era ideal, pero yo estaba temblando. Y más cuando Adrián se sentó en mi cama. Sonrió, como él suele hacerlo y me invitó con la mano a que me sentara junto a él. Me hice un poco la remolona, pero terminé a su lado. <br />Sonriente, me preguntó por esa canción de la que le hablé. No sabía a qué se refería hasta que caí en la cuenta. Me incorporé y busqué en mi portátil el tema de Pablo Alborán. Play. <br />El piano sonaba y yo regresé a la cama con él. Sus ojos me miraban con dulzura. Me moría por besarle. El corazón me latía a mil por hora. Traté de disimular mi ansiedad y mi nerviosismo. Él parecía muy tranquilo. Como si estuviese acostumbrado a situaciones de ese tipo. Tomó la iniciativa y me puso una mano en la rodilla. Luego, se inclinó despacio y me acarició el pelo. Lo tenía muy cerca. Su rostro ya se encontraba a solo unos cuantos centímetros del mío. ¿Quería él ese beso tanto como yo?<br />Lo intuía. Lo sentía. Y lo experimenté. Sí, lo quería. Y fue muy bonito. Sentir de nuevo sus labios en los míos. Increíble. Me dejé llevar por sus besos, olvidándome de todo. No me importaba que mis padres estuviesen abajo con los suyos. Ni que fuéramos o no fuéramos novios. Solo me preocupaba una cosa: su boca, que danzaba con la mía en un baile continuo y preciso. Volaron los nervios, los miedos, la incertidumbre. Tenerle ahí, conmigo, era todo lo que pretendía. Lo que buscaba y había encontrado. ¿Magia? Sí era algo así como magia. Un sueño del que no quería despertar... pero del que desperté.<br />Un sonido, que me resultaba familiar, irrumpió en nuestra intimidad. Adrián tenía un mensaje en el móvil. ¡Qué oportuno!<br />Esto hizo que se detuviera aunque intenté persuadirlo para que se olvidara de él. Estábamos tan bien. Sin embargo, no tuve éxito en mis súplicas. Se disculpó y sacó su teléfono de uno de los bolsillo del pantalón. Resoplé al verlo leer aquel SMS. Como ayer, su expresión cambió. Y como ayer, me comentó que tenía que irse.<br />¡No! ¿Por qué?<br />No me dio explicaciones. Un último beso en la mejilla y adiós. Observé indignada como abría la puerta de mi habitación y se marchaba. ¡Qué rabia!<br />Estaba realmente enfadada. ¿Qué era tan importante para dejarme allí tirada? Cuánto misterio. Y no me gustaba nada. <br />Me levanté de la cama refunfuñando, apagué la música y bajé al jardín. Mis padres y los suyos seguían riendo y hablando de todo un poco. Yo ya no tenía ganas de reír. Me senté con ellos y aguanté impaciente a que Adrián se dignara a darme un buen motivo por el que se había marchado. Pero por más que miré mi móvil y revisé el ordenador durante toda la tarde, no recibí ni una sola respuesta.<br />¿Dónde se había metido este chico?Francisco de Paula Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/01374628273101605292noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-6071323335840946738.post-46160480907700514062011-05-01T21:34:00.001+02:002011-05-11T19:13:11.173+02:00LOGROÑO: RUEDA, PRESENTACIÓN Y PARTIDOLogroño<br /><br />Dice Nuria que podríamos escribir un libro con todas las anécdotas que nos van pasando en nuestros numerosos viajes por toda España. Y no le falta razón. Sería un diario muy divertido y lleno de peculiaridades. Logroño estaría en lugar destacado. Y es que antes de llegar a la capital riojana... pinchamos.<br /><br />Nunca viajamos en coche. Normalmente, vamos en tren, bus o avión. Y mira, para una vez que nos desplazamos en el Mercedes de Nuria, pinchazo antes de llegar a Haro. Una hora en medio de la carretera, a pleno sol y a esperar que nos socorrieran jaja. Simplemente, fue una anécdota más, aunque suspendimos la rueda de prensa que teníamos convocada para los medios de la región.<br /><br />Solo había estado una vez allí, y tengo buenos recuerdos. Eran otros tiempos y yo empezaba con mis prácticas en periodismo.<br /><br />Nada más llegar a la ciudad, como siempre corriendo a alguna parte. En esta ocasión a Onda Cero, donde Cecilia en La Hora nos entrevistó a Sara y a mí. Sara es la embajadora de Logroño. Una chica que se sale de la norma en cuanto a embajadoras CPP, ya que no es de letras! Estudia química y hace Kun Fú, así que no os metáis mucho con ella eh jaja. Fue un placer conocerte, Sara.<br /><br />Luego registro en el hotel, muy bueno por cierto, comida (con José Antonio, comercial de la zona, un crack), mucho mejor aún y paseo por la ciudad.<br /><br />Creo que me llevo el sol a donde voy. No puede ser. Con lo que me gusta el frío y que esté nublado. Pero a cada ciudad donde voy a firmar, nos hace sol y calor.<br /><br />Y después de descansar un ratito en el hotel, me fui con Sara a la librería Santos Ochoa, donde teníamos la presentación.<br /><br />Es un sitio curioso. No es una simple tienda de libros, sino que han añadido otros productos como DVD´s, imprenta, música y hasta tiene una cafetería y un salón de actos. El trato que nos dio José Ignacio e Iñaqui fue fenomenal. Y también la gente del ayuntamiento de Logroño que celebraba la semana juvenil.<br /><br />Soy sincero: Tenía dudas de cuantas personas asistirían al evento. No había hecho nunca mucha promo en Internet en la Rioja y cuando nos dijeron que íbamos a tener una firma allí, temí que no hubiera muchas seguidoras. Sin embargo, todo fue genial.<br /><br />Entre 40 y 50 chicas, porque de nuevo todo fueron chicas, excepto un muchacho que fue con su novia y una amiga. Asistieron a la firma.<br /><br />Me lo pasé muy bien. Como siempre. Es que cada vez me siento más cómodo hablando en público y explicando la historia de cómo ha surgido esta preciosa aventura. Las chicas estuvieron muy participativas y yo intenté hacerlo lo mejor posible. Espero que todas se divirtieron.<br /><br />Lección 1: hay una moda que es llevar una media subida y otra bajada que desconocía y que Silvia Respliguenfigjsjasjsa me ayudó a entender.<br /><br />Lección 2: Si quieres hacer un buen moño, ponte un calcetín en la cabeza.<br /><br />No me preguntéis.<br /><br />A lo largo de estos meses, me he dado cuenta de lo preparada que están las chicas adolescentes. No solo las universitarias, que cada vez son más las que van a las firmas. Pero jovencitas entre 12 y 16 años están más puestas en todo y tienen más iniciativa de la que yo tenía a su edad. Pero con mucha diferencia. Tienen blogs, escriben relatos, gestionan páginas web... esto que puede parecer natural a gente muy joven, os aseguro que no lo es para los que ya tenemos unos añitos. Y da gusto conocer a chicas como las de Logroño que no solo se ve que están muy preparadas para cualquier cosa sino que se mostraron encantadoras en todo momento. Gracias a todas.<br /><br />A las 21.30 terminamos.<br /><br />Otra de las cosas positivas de esta increíble experiencia es la cantidad de librerías y gente que vive de los libros que estoy conociendo. Me gusta mucho ese mundo y cada vez más. Te enteras de historias sorprendentes. Y hablar con personas que disfrutan tanto con su profesión como José Ignacio, de Santos Ochoa, es un aliciente más para dar como muy bueno este nuevo viaje.<br /><br />En un pub, cenamos y vimos la segunda parte del Madrid-Barcelona de Champion... en esto no entraré. Al menos, en este capítulo.<br /><br />Próxima parada... Granada!Francisco de Paula Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/01374628273101605292noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-6071323335840946738.post-25358666806782723122011-04-25T22:46:00.000+02:002011-04-25T22:47:50.895+02:00AMOR A LOS 14. CAPÍTULO 6Las consecuencias del beso que me dio Adrián fueron inmediatas. Alicia se acercó hasta mí y me preguntó que qué clase de amiga era. Me acusó de traidora y de muchas cosas más. No se podía creer que hubiera besado al chico que le gustaba justo el día en el que iba a declararse. Yo la miraba, pero no sabía que decirle. Intentaba explicarle que aquello no había sido cosa mía, pero solo me salían palabras sueltas y sin sentido. Tartamudeaba nerviosa. Empecé a notar como mis ojos volvían a humedecerse. ¡La presión del momento me estaba superando!<br />Adrián tampoco decía nada. Aguantaba como podía los constantes insultos de Pablo y observaba con cierta tristeza la bronca que mi amiga me estaba echando. Para él tampoco fue sencillo. Sin embargo, cuando más tensa estaba la situación, hizo algo que ninguno esperábamos. Cogió de un brazo a Alicia, la miró a los ojos fijamente y le confesó que a ella solo la quería como amiga. Lo sentía mucho, pero la que realmente le gustaba era yo. Fueron solo unos cuantos segundos pero se hicieron eternos. Cada palabra era una sentencia. Cuando el chico terminó de hablar, los cuatro nos quedamos en silencio. La gente caminaba a nuestro lado en el centro de la ciudad y nos observaba curiosa. <br />Pablo fue el primero en reaccionar. Dio una patada a una piedrecita que había en la acera, se dio la vuelta y se marchó silbando con las manos dentro de los bolsillos del pantalón. Le entendí un “tú te lo pierdes” y reconocí en su comportamiento al chico de las últimas semanas. Para él, todo aquello había sido un juego. No me quería, solo pretendía pasar un buen rato conmigo de vez en cuando. Y quizá si no lo hubiera pillado liándose con Susana en el cine, no me hubiera dado cuenta nunca. En ocasiones, las casualidades son las que marcan tu futuro. No sabes el motivo, ni por qué pasan, pero de buenas a primeras chocas con algo de improvisto y lo que en un minuto era de una manera al siguiente lo es de otra. Así de caprichoso es el destino. Y aunque me dolió verlo con la tía más buena de mi clase, más me hubiera dolido darle una oportunidad y enterarme luego de que, en realidad, no había cambiado. <br />Cuando mi ex novio se fue, Alicia se dirigió cabizbaja hasta un banco. Se sentó y se puso las manos en la barbilla. Pensativa. Me daba miedo sentarme con ella, pero Adrián me hizo un gesto cómplice y acudí con él a su lado. No nos miró. Balbuceaba frases ininteligibles en voz baja y movía de un lado para otro la cabeza. En ese instante, ¿que se suponía que debía hacer? ¿La abrazaba y le pedía perdón por lo que había hecho? ¿O me quedaba callada esperando que reaccionara? <br />Al verla así, comencé a arrepentirme un poco del beso a Adrián. Sí, había sido él quien se había lanzado, pero yo le seguí. No me aparté y también lo besé a él. Me gustó. Me gustó mucho que me besara de esa forma. Y me sentí bien. Arropada, protegida, incluso querida. Pero Alicia estaba tan mal...<br />Una vez más, fue Adrián el primero en actuar. Le insistió a mi amiga con dulzura que le mirase. Ella al final accedió sin ningún entusiasmo. Estaba muy seria. Pero él sonrió y le expuso sus verdaderos sentimientos. Me sorprendió su tranquilidad al hablar. Comenzó diciéndole que era una chica estupenda, un sueño para cualquiera, pero que él solo la veía como una gran amiga. Le dijo tantas cosas bonitas que casi me puse celosa. Yo callaba y escuchaba. Asentía con la cabeza a todo cuanto Adrián afirmaba de Alicia. Me seguía resultando difícil mirar a los ojos a mi amiga que resoplaba una y otra vez. Finalmente, los dos sonrieron por una broma que él le gastó. Y se fundieron en un abrazo. Luego Ali me abrazó a mí. Alcancé a ver lágrimas en su rostro. Me dio muchísima pena. Es muy duro que te rechacen. Yo lo sé bien. El desamor es una de las peores cosas que existen en la vida. Tú pones todo de tu parte y te entregas por otra persona. Tu corazón se descontrola y no puedes hacer nada por evitarlo. Pero si esa persona no siente lo mismo que tú, el mundo se te cae. Todo se derrumba. Es tal la sensación de angustia que apenas te deja respirar. Y se forman esos nudos tan famosos en la garganta y en el estómago. <br />Pobre Alicia.<br />Los tres nos pusimos de pie. Caminamos unos minutos por el centro en silencio. No había mucho más que decir. Aún era temprano para irnos a casa, pero mi amiga no tenía ganas de nada más. Aunque intenté convencerla de que se quedase, no quiso. Para ella la tarde y la ilusión habían terminado. Se despidió de nosotros y después de una sonrisa triste se marchó. Creo que una vez que sabía que no tenía nada que hacer con Adrián, prefería llorar y desahogarse sola en su habitación. Me sabía muy mal verla así y no acompañarla, pero en ese momento lo mejor para ella era que no la agobiara. <br />Y entonces, mientras se alejaba, caí en algo: ¡Estaba a solas con Adrián!<br />Sí, era algo obvio, pero no me había dado cuenta de lo que eso significaba. Me puse muy nerviosa. Me temblaban las piernas. ¡Y más cuando me cogió de la mano! <br />Todo era como una especie de sueño extraño. Caminaba cogida de la mano del chico que le gustaba a mi amiga, al que hacía pocos minutos había besado, después de ver a mi ex liándose con otra. ¿Seguro que no era un sueño?<br />No, no lo era. Y si lo era me desperté de golpe cuando Adrián me preguntó si me podía besar de nuevo. Estábamos al lado de una fuente en una plaza llena de gente, aunque lo que más se escuchaba era el sonido del agua cayendo con fuerza contra el fondo repleto de monedas. Yo, sin embargo, lo único que oía eran los latidos de mi corazón. <br />No sé si le llegué a responderle, pero no hizo falta. Quería que me besara y me besó. Las gotitas de agua que salpicaban de la fuente mojaban mi pelo y mi cara, pero eso no era lo que más escalofríos me provocó. Sus labios en mis labios, sus manos en mi cintura, su cuerpo tan cerca del mío... Uff. <br />En el beso, abrí los ojos un instante. Él mantenía los suyos cerrados. Es una sensación tan increíble ver al chico al que besas entregado a ti... Y me sentí feliz. Muy feliz. En ese momento, no pensaba en Alicia, ni en Pablo. En nadie. En nada. Solo disfrutaba de él. De ese chico tímido, atractivo, inteligente. El mismo que llevaba una semana casi sin hablarme, que me había comparado con su ex novia y que había despertado en mí un sentimiento que hasta entonces no había conseguido descifrar. <br />¿Estaba enamorada de él? Difícil pregunta con difícil respuesta. Lo estaba pensando mientras su boca y la mía continuaban unidas hasta que, de repente, uno de los chorros de la fuente se volvió loco y apuntó directamente hacia nosotros. Yo grité y salí corriendo, agarrando a Adrián de la mano. Pero ya era tarde. Estábamos empapados de agua. <br />Nos quitamos los abrigos, completamente mojados. Y pese al frío, nos reímos hablando de lo que acababa de pasar. Un nuevo beso. Éste más cortito. Y más sonrisas. <br />Me sentía como si fuese la protagonista de una película de estas romanticonas. <br />Sin embargo, algo sucedió que rompió la magia del momento. <br />Adrián metió la mano en uno de los bolsillos de su abrigo y cogió su móvil para comprobar que no se había mojado. Me dijo que tenía un mensaje. Lo abrió y su cara cambió completamente al leerlo. No me reveló de quien era, ni lo que ponía, pero me dijo que tenía que irse ya, que se había hecho muy tarde. Fue muy raro. <br />Como vivimos uno al lado del otro, me acompañó a casa. Aunque fuimos de la mano, estaba como ausente. No hablamos mucho y empecé a preocuparme. ¿Qué decía ese SMS para que aquel chico cambiara tanto?<br />No quería separarme de él. ¡Me daba miedo que al día siguiente las cosas no fueran de la misma manera! Pero no podía hacer nada. ¡Maldito mensaje!<br />En la puerta de mi casa, Adrián se serenó de nuevo y regresó el chico sensible y tranquilo de siempre. Me dijo que lo había pasado genial y que le gustaba. Que le gustaba muchísimo. Me puse muy colorada y esta vez fui yo la que se lanzó. Le rodeé el cuello con mis brazos y lo besé intensamente. Fueron unos segundos preciosos que me dejaron un gran sabor de boca. <br />Lo peor fue verlo alejarse hasta su casa. Me miró una última vez y se dio la vuelta para ya no girarse más. Entré en mi casa y cerré tras suspirar varias veces. <br />Ese ha sido mi sábado.<br />La luna sigue presidiendo la noche con toda su magnitud. Está preciosa. Y hay cientos estrellas que la escoltan. <br />No sé si estoy enamorada. Mis sentimientos ahora son muy fuertes, pero me da miedo sentir más. ¿Debo ser más precavida? ¿Estará enamorado de mí o solo le gusto un poco? Adrián no es como Pablo, pero tampoco sé si debo arriesgarme con él. ¿Y si me llevo otro palo? No quiero pasarlo mal por amor otra vez. No lo soportaría después de lo que mi ex me ha hecho.<br />Creo que por esta noche no le daré más vueltas a la cabeza, aunque sé que será muy difícil no pensar en todo lo que ha pasado hoy. Me costará dormir. Pero si lo consigo y sueño, espero encontrarme con Adrián y que me trate y que me bese como lo ha hecho en la realidad. <br /><br /><br />¿Se harán novios Laura y Adrián?<br />¿Cómo afectará lo que ha pasado entre ellos a la relación con Alicia?<br />¿Qué decía y quien le ha enviado el SMS al chico?<br />¿Se ha rendido Pablo definitivamente?Francisco de Paula Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/01374628273101605292noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-6071323335840946738.post-50932592620055040332011-04-24T18:54:00.002+02:002011-04-24T21:14:05.471+02:00ESE DÍA TAN INCREÍBLE QUE ES SANT JORDI...¿Quién dijo que las segundas partes nunca fueron buenas?<br /><br />Para mí, este Sant Jordi ha sido igual o mejor que el del año pasado. Sí, es cierto que en el 2010 no sabía nada de este día, que era tan extraordinario, y que me pilló todo por sorpresa. Pero en el 2011, he firmado muchos más libros, he notado el mismo cariño de la gente y la experiencia ha vuelto a ser más que positiva.<br /><br />Mi jornada comenzó a las cinco de la mañana cuando me desperté para organizarlo todo. Tenía que coger el tren de las 7.30. Llovía a mares en Madrid, las mangas de la chaqueta se me mojaban y arrugaban y el taxi daba unos botes que pensaba que nos quedaríamos tirados en cualquier semáforo. Afortunadamente, llegué temprano a Atocha y pude tomar con tranquilidad el AVE rumbo a Barcelona.<br /><br />Y primera sorpresa del día: mismo vagón que Javier Ruescas. Qué casualidad. Todos conoceréis a Javier y si no, yo os lo presento. Es el joven escritor que arrasa en el público juvenil con sus “Cuentos de Bereth” y “Tempus Fugit”. Solo nos habíamos visto en persona una vez, un “hola y adiós”, pero desde que comencé en esto ha estado muy presente en mi facebook, twitter, en las listas de ventas, seguidores, amigos en común... Y la verdad es que es un tío muy agradable y con el que se puede mantener una conversación de tres horas y cuarto sin aburrirte. Nos contamos un poco nuestras vidas, nuestra forma de escribir y nuestro futuro cercano. No doy exclusivas. La conclusión: me queda mucho que aprender jaja. Javier tiene más tablas en este mundo que yo y me parece una buena referencia a la hora de hacer las cosas. Seguiremos en contacto.<br /><br />Barcelona nos acogió con nubes y claros y previsiones de lluvia durante todo el día. Pero el Santo Jordi se puso de nuestra parte y no cayó ni una sola gota en toda la mañana y hasta salió el sol e hizo calor por la tarde. Fracaso rotundo de los hombres del tiempo que no han dado una en el fin de semana.<br /><br />¿Os he dicho ya lo especial que es el 23 de abril en la ciudad condal? Si te gustan los libros, la literatura... o algo que se le parezca, no puedes irte de este mundo sin haber estado al menos una vez en el Sant Jordi barcelonés. Las calles se engalanan de rosas y de coloridas paradas llenas de novelas, diccionarios, manuales, cuentos... es una verdadera pasada. Y de gente. Miles de personas por las calles. Incluso, este año que caía en Sábado Santo todo estaba hasta arriba.<br /><br />Mi primera firma era en Abacus, pero no en el que estuve el año pasado. Este me lo organizaron en L´Illa, un centro comercial bastante grande. Y ahí firmé mis primeros libros. Fue una hora que se hizo muy corta, porque aunque estaba solo en la parada, no paré de firmar. Ahora tengo que dedicar dos libros, por lo que tardo más. No voy a nombrar a todo el mundo, es imposible y necesitaría mejor memoria y quince páginas. Perdonadme, por favor, fuisteis muchísimos y os estoy agradecidos a todos por igual. Millones de gracias por hacerme sentir especial una vez más. Pero sí me gustaría hablar de algunos de vosotros de los que ayer vinisteis. Por ejemplo, de Rocío, una de las grandes seguidoras de CPP que me sigue desde hace mucho en Facebook y a quien le tengo mucho cariño. Fue con su chico y vi como se emocionaba mucho. Me alegro de haberte visto y seguiremos hablando cuando quieras por las redes sociales.<br /><br />Allí me vinieron a ver Aida, Ainhoa, Andrea... También conocí a la seguidora más pequeña del día, que curiosamente fue a la primera que firmé. Aina solo tiene once años y ya ha leído CPP. Sus padres, encantadores.<br /><br />Aquí quiero hacer un pequeño inciso. Y es para dar las gracias a toooooodos los padres y especialmente, a las madres, que acompañan a sus hij@s a las firmas. Aguantan colas, les compran los libros, incluso los leen... hablan conmigo, hacen las fotos... aunque los seguidores de CPP suelen ser chicos entre doce y veintitantos años, las madres y los padres son una parte fundamental de esta historia. Así que mi gratitud a todos ellos y en esta ocasión en particular a los que vinieron a mis firmas en Sant Jordi.<br /><br />Después, me tocó firmar en la FNAC de L´illa, que estaba prácticamente al lado. Hubo más o menos la misma gente que en Abacus y me sentí muy cómodo todo el rato. Muchas fotos y más firmas. Ni recuerdo exactamente quienes fueron mis compañeros de mesa. Sí que recuerdo a un grupito de chicas muy majas. Incluso hablé con una por teléfono para decirle que sus amigas estaban conmigo. Gracias a todas! También apareció por allí Estela de Atalaya Literaria y Jenni. Y creo que Neus, Ester e Inés, aunque no recuerdo bien si a ellas las vi ahí o en Abacus. La memoria me falla después de un día tan largo y en el que vi a tanta gente. Vuelvo a pedir disculpas si no os nombro o si me equivoco de sitio jaja.<br /><br />A las 14.00 terminó la firma en FNAC.<br /><br />Everest me dejó tres horas libre hasta la próxima parada. Gracias a Martí Romaní, especialmente a ti por todo tu esfuerzo y dedicación, y a todos los comerciales por como me tratasteis. Y en ese tiempo tuve dos cosas importantes que hacer.<br /><br />La primera, una entrevista para el Desván Encantado de los libros con Teresa. Ella, ¿su chico? Y yo nos fuimos a tomar una Coca Cola y a hablar un poco de todo. Y al final la entrevista, se convirtió más en una entretenida charla e interesante intercambio de opiniones. Tengo ganas de leer tu entrevista, Teresa.<br /><br />Comí rápidamente y me fui a hacer otra de las cosas con las que debía cumplir al medio día: la escritora Care Santos propuso en su facebook que los autores hiciéramos un bookcrossing con nuestros libros. Y me pareció una gran idea. Es algo parecido a lo que hace Álex en “Canciones para Paula”. Así que dejé mi ejemplar de “¿Sabes que te quiero?” dedicado en un lugar de la ciudad. Vale, lo cuento para los cotillas: en un banco de madera de un parquecito detrás del centro comercial de L´illa.<br /><br />El plan que tenía para las cuatro no salió y así tranquilamente, me fui caminando hasta el Corte Inglés de Francesc Maciá. Allí fue donde menos gente hubo. Fue divertido estar en la misma mesa con Elisenda Roca o Josef Ajram, que no tenía ni idea de quien era hasta ayer. Fue el que más firmó y más fotos se hizo de todos nosotros. El tiempo se hizo más ameno gracias a Aroa y su hermana, que se pasaron por allí de casualidad para una firma a las 18.00. Gracias a ambas por todo. <br /><br />Y del Corte Inglés... a FNAC Triangle en coche con Javier Hernández. Y aquello sí que fue una verdadera locura. Cuando llegué no vi a nadie. Todo el mundo estaba detrás de un cordón de seguridad. Ni me dejaban pasar a mí. Pero cuando me senté, empezaron a hacer cola chicas y chicas y más chicas, algunas con sus madres, claro. Fueron tantas que no pude firmarles a todas!! Así que los de la organización mandaron a muchas para mi siguiente parada que era en la librería Catalonia. Quiero pedir disculpas si alguna lo pasó mal, no pudo llevarse el libro firmado o se molestó. No fue culpa de nadie, pero me sentí un poco mal por todo. Intenté firmar lo más deprisa posible, pero es que no dio tiempo a más.<br /><br />En FNAC Triangle conocí a María Muñoz, a quien regalé un libro como le había prometido. Me encantó conocerte. Una pena que Laura no pudiera venir. Fue un placer estar también con Àngela, con Vane, con Carme (siento no haber escrito bien tu nombre!!), con Wendy, con Laia... ver a Paula de nuevo!, con Sandra, con Julia, con Mandy, con Cristina... y con todas las demás. Unas cincuenta o sesenta que estuvisteis allí. Vuelvo a pedir perdón por no poner a todas.<br /><br />Allí también vi aunque menos tiempo del que quisiera a Anabel Botella, mil gracias por acercarte a saludarme, a las hermanas Grimaldi (Ya os vale venir tan tarde!!!:P) y a las chicas del centro para el que trabaja Esther Reales. Os debo una visita en exclusiva para vosotras. Sabéis que para lo que necesitéis, podéis contar conmigo y en cuanto queráis hacemos esa entrevista vía email, facebook, chat... lo que queráis. Un beso a todas.<br /><br />Y corriendo desde allí volamos a Librería Catalonia. Había ya mucha gente allí. Las que me estaban esperando y... las personas que hacían cola para estar con Risto Mejide xD. No me dio tiempo ni a saludarlo y eso que me senté a su lado. Fue tan precipitado todo. Tantas firmas, fotos... oía de fondo lo que decía. Como le entrevistaba la tele o como intentaban ligar con él varias de las que fueron a verle. Es un personaje que a mí nunca me ha caído mal. Me parece un tío muy listo. Y ahora me cae mejor después de su frase al marcharse. Risto se levantó, me tocó el hombro, me dio la mano y me dijo: “Enhorabuena. No esperaba que nadie firmara más libros que yo. Felicidades por tu éxito”. Fue genial! No supe que decir, en parte porque estaba en blanco y colapsado por todo el día, el cansancio, tantas y tantas firmas, fotos, ir de un sitio para otro... pero cuando llegué a casa le escribí en twitter y él me respondió. Si queréis saber lo que nos dijimos buscadlo en mi twitter (@franciscodpaula).<br /><br />Catalonia estuvo genial. Allí estuvieron Amada, Rosa Por fin conocí a Elenita!! Una de las clásicas de CPP y una persona entrañable en toda esta aventura. Y también a Sara, a la que reconocí, aunque ella no se lo esperara xD. Y finalmente, vinieron Demi y una amiga suya. Con ellas estuve los últimos minutos de la firma, más tranquilos, y con ellas me fui en metro hasta la estación de Sants donde tenía que coger el tren de vuelta a Madrid.<br /><br />A las doce y media llegué a mi casa donde me encontré todas mis páginas colapsadas de mensajes, comentarios, fotos, peticiones de amistad...<br /><br /> <br /><br />Hoy todavía sigo cansado, aunque me desperté a las nueve y sigo haciendo cosas de CPP. Respondiendo, mandando mensajes, escribiendo, pasando fotos... pero es muy divertido y quiero repetir todos los años que sea posible.<br /><br />Sant Jordi es especial y vivirlo en Barcelona es todo un lujo para mí.<br /><br />Gracias a todos los que habéis colaborado para haberlo hecho posible un año más.<br /><br /> <br /><br />Próxima parada: Logroño!Francisco de Paula Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/01374628273101605292noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-6071323335840946738.post-63194928023257630622011-04-11T21:53:00.001+02:002011-04-11T21:53:32.162+02:00AMOR A LOS 14. CAPÍTULO 5La luna luce preciosa esta noche. El cielo está totalmente despejado y las estrellas brillan más que nunca. O esa es la impresión que yo tengo. Pero hoy no soy demasiado objetiva. Aunque hace frío, no sopla el viento helado que hemos sufrido a lo largo de este invierno. Es una noche para enamorados y para enamorarse. <br />Y yo... ¿Estoy enamorada?<br />¡Que sábado más extraño! Y ha terminado de la manera más inesperada que podía imaginar. ¡Ha sido... ¡ No me salen las palabras para describir mis sentimientos y sensaciones. ¡Son tantas y tan distintas!<br />Pero comenzaré por el principio. <br />Tras pasarme unos días encerrada en casa por el castigo que mis padres me habían puesto después de que mi profe me pillara besando a Pablo, me apetecía salir. Tenía muchas ganas de ir al centro, ver una peli en el cine y comerme una hamburguesa de esas enormes con patatas para cenar. No soy de las que hace esto muy a menudo, pero hoy me ha tentado la propuesta de Alicia. A medio día, mi amiga me llamó al móvil y me dijo que qué me parecía una tarde juntas. Me iba a negar, pero me sorprendí a mí misma contestándole que aceptaba y preguntándole lugar y hora. <br />¿Las dos solas? Sí. O al menos, eso fue lo que me hizo creer.<br />Sin embargo, cuando llegué al sitio en el que habíamos quedado, al que encontré esperando fue a Adrián. Intenté disimular mi sorpresa, aunque no sé si lo conseguí. Lo saludé y él me respondió con frialdad. Apenas cruzamos cuatro palabras. Seguía molesto conmigo, como durante toda la semana. Desde que ocurrió lo de Pablo, ha mostrado esa actitud. Pero... ¿qué hacía él allí? ¿íbamos a salir juntos? Enseguida, obtuve una respuesta afirmativa, porque Alicia apareció inmediatamente gritando. Haciéndose notar, como siempre. Nos dio dos besos a cada uno y se puso a hablar como una loca, a decir lo bien que nos lo pasaríamos los tres esa tarde. No paraba ni un segundo. Se le notaba nerviosa y más tarde descubriría el por qué. <br />Comenzamos a caminar por el centro. Nos detuvimos en numerosas tiendas en rebajas y escaparates llenos de prendas a mitad de precio. Aspiramos el olor a gofres y a castañas asadas. Vimos a muchísima gente caminando sin prisas y más arreglada que en un día normal. Así es un sábado por la tarde en la gran ciudad. Ambiente ideal para desconectar de la rutina y olvidar los malos tragos de la semana. Sin embargo, yo no estaba cómoda. La situación no era la más agradable para mí, ya que Adrián y Alicia conversaban entre ellos y me dejaban un poco de lado. ¿Habría algo entre los dos? Según él, la última vez que hablamos, ella era solo una amiga y no le gustaba de otra forma. Pero por lo que estaba viendo en ese instante, parecían más compenetrados y cercanos el uno con el otro. ¿Había cambiado de opinión? Los tíos son así. No hay quien los entienda. Aunque nosotras también tenemos lo nuestro. Si no, como explicar aquellos celos que me estaban invadiendo por dentro. No soportaba tanta risita y tanta complicidad entre ellos. Quería salir para pasármelo bien con mi amiga, no para sujetarle los candelabros. <br />Llevada por un impulso incontenible, agarré a Alicia por la mano y salí corriendo con ella hacia el cine al que íbamos a ir en el final de la calle. “¡Tú compra las palomitas!” le grité a Adrián, que se quedó inmóvil, sorprendido por mi reacción. <br />Creo que ninguno de los dos se dio cuenta de por qué hice eso. Aparentemente, fue un gesto infantil y divertido. Pero la realidad era muy distinta. Me seguía gustando Adrián. Y verlo tan cariñoso y atento con mi amiga me fastidiaba. El problema era que hacía dos horas había hablado por el MSN con Pablo. Y mis sensaciones con cada una de sus palabras eran las mismas. Estuvimos charlando de todo un poco, riéndonos, intercambiando iconos... En la soledad de mi habitación, sonreía, suspiraba y me convencía a mí misma de que Pablo había cambiado. Tal vez, lo nuestro solo había sido un descanso. Una pausa de esas que hacen algunas parejas para aclarar lo que sienten de verdad. Sin embargo, ¡Adrián también me gustaba!<br />Entonces, ¿a cuál de los dos prefería?<br />Sabía que me estaba comportando como una cría, pero era incapaz de aclararme. Aunque lo más curioso de todo es que no estaba ni con uno ni con otro. <br />En la cola para comprar las entradas, Alicia me hizo una confesión. Cambió su actitud habitual y tímidamente, casi me susurró el motivo de aquella cita para tres: se iba a declarar a Adrián y quería que yo le echara una mano. Me quedé con la boca abierta. Según me contó, había tenido sus dudas, porque no estaba segura de los sentimientos del chico hacia mí. Aquel corazón con la “L” dibujada en su cuaderno que vimos antes de Navidad aún le hacía sospechar. Pero después de que se besaran en la juguetería y de que yo me liara con Pablo, con el que creía que formaba una muy buena pareja, decidió contar conmigo para intentar conquistar el corazón de Adrián. Y que mejor que salir los tres juntos un sábado por la tarde. Me sentía utilizada. Mi amiga solo me había llamado para que le ayudara a ligarse a un tío, que curiosamente, también me gustaba a mí. Uff. Le pregunté que por qué aquello no lo hacía ella solita, que era ya mayor y que yo allí no pintaba nada. Quizá fui un poco borde, pero es que estaba furiosa. Alicia se puso muy seria y me pidió perdón. Mientras pagábamos las entradas, me explicó que no sabía cómo actuar con él y que tenía miedo de que si yo no iba, Adrián se hubiera negado a ir con ella sola. <br />Resoplé. La entendía. Aunque no por eso dejaba de estar molesta. Sin embargo, traté de serenarme y le di un abrazo. Casi se pone a llorar y una vez más me pidió disculpas. Pobrecilla. Me daba pena verla así. Alicia es mi mejor amiga y aunque a veces haga cosas con las que no estoy de acuerdo, la quiero mucho. Un tío no debía ser un obstáculo entre ambas. Sin embargo, aquel chico nuevo en la ciudad, había logrado crear, sin quererlo, un conflicto tras otro entre las dos. <br />Adrián llegó poco después cargado con tres grandes bolsas de palomitas. Me fijé bien en él. ¿Qué tenía para gustarnos tanto a Alicia y a mí hasta el punto de habernos enfrentado? Cruzamos miradas y sentí un escalofrío. Sonrió y yo como una tonta, le sonreí. ¿Era una señal de paz? <br />La sala del cine estaba ya a oscuras cuando entramos. La película no había empezado pero sí los trailers previos. Nuestra fila era la úndecima. Adrián se sentó en la butaca del centro y nosotras, cada una a un lado. Alicia a su izquierda y yo a la derecha. Entonces se me pasó por la cabeza algo. ¿Y si mi amiga decidía que aquel era el momento para lanzarse? No lo creía posible, pero rezaba para que no se liaran delante de mí. <br />No presté atención al principio de la película. Solo escuchaba el ruido de las palomitas y el sorbo de los refrescos. Estaba muy tensa y me negaba a mirar hacia mi izquierda, aunque me moría de curiosidad por saber si Alicia había dado un paso adelante, cogiéndole la mano o apoyando la cabeza en su hombro. Si eso era así, lo siguiente podrían ser besos. <br />¡Me estaba volviendo loca! Así que cerré y abrí los ojos un par de veces con fuerza, suspiré e intenté concentrarme en la pantalla. Lo logré durante unos minutos hasta que...<br />La sala permanecía en silencio, salvo por una parejita que se besuqueaba cinco filas delante de nosotros. Eran besos demasiado escandalosos. Además, a ella se le escapaba alguna que otra risa bastante imprudente. No me había dado cuenta hasta entonces, pero aquella chica me resultaba familiar. De repente, se giró porque alguien le estaba llamando la atención y la vi. ¡Susana! ¡Qué coincidencia! Pero la casualidad no acababa ahí. Mi sorpresa fue aún mayor cuando el chico con el que estaba también se dio la vuelta y observé que con el que se estaba liando la tía más buena de mi clase era... Pablo. <br />No pude contenerme. Me levanté de mi asiento y bajé hasta la fila siete. Ellos no me vieron hasta que puse una mano en el hombro de mi ex novio para llamar su atención. Pablo me miró estupefacto y sin que le diera tiempo a decir nada, recibió un gran tortazo en plena cara acompañado de un insulto. Me hice daño en la mano, pero más dañado tenía el corazón. <br />Salí corriendo. Quería huir de allí. Me sentía engañada y humillada. Sin decir nada a mis amigos me marché del cine. Las lágrimas bañaban mis ojos y mis mejillas. Estaba tan enfadada que no me percaté de que el semáforo estaba en rojo. Iba a cruzar, pero una mano me agarró con fuerza por la camiseta y tiró de mí hacia la acera. <br />Cuando me di cuenta estaba cautiva en los brazos de Adrián que me miraba con dulzura. ¡Me quedé hipnotizada! No podía separar mis ojos de los suyos. Y sin pronunciar ni una sola palabra, apoyé mi cabeza en su pecho y descargué toda mi rabia en un llanto amargo y profundo. Lloré y lloré, hasta que mi amigo me sujetó delicadamente la barbilla, alzó mi cabeza hacia el frente y me besó con pasión en los labios. <br />Todo eso, delante de Pablo y de Alicia que también habían salido en mi busca.Francisco de Paula Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/01374628273101605292noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-6071323335840946738.post-83591341764306237342011-04-07T21:43:00.001+02:002011-04-07T21:51:45.179+02:00AMOR A LOS 14. CAPÍTULO 4¡Fin del castigo! Menos mal. Han sido cinco días en los que mis padres no me han dejado salir de casa. También me han prohibido el ordenador, el móvil y ver la televisión a partir de las nueve de la noche. Además, estoy advertida. Si me vuelven a pillar liándome con algún chico en horario de clase me cambian de instituto. Interna. Creo que no lo harían, pero les he prometido que me portaré bien y que lo de Pablo fue un enorme error del que estoy arrepentida. Si es que... ¡Ya me vale! Lo peor no ha sido el estar encerrada en mi habitación sino todas las charlas que me han dado. En el desayuno, en la comida, en la cena... He tenido que escuchar un montón de sermones sobre los chicos, el sexo y las relaciones entre las personas. Aunque lo asumo: la culpa es mía por dejarme llevar y hacer algo que no tenía que haber hecho. Al menos, no en ese momento.<br />En este tiempo, los besos con mi ex han sido el tema de conversación preferido por todos. Que un profesor te coja dándote el lote en el patio en lugar de estar en su clase es lo suficientemente morboso para que los rumores en el instituto se disparen. En los pasillos he notado miradas y cuchicheos. ¡Qué vergüenza! Encima con lo roja que me pongo. <br />La que mejor se lo está pasando con este asunto es Alicia. Al ser mi mejor amiga se ha apropiado de los derechos de la exclusiva. Y como a algunos les da corte preguntarme directamente a mí, acuden a ella para que les explique lo que pasó. ¡Cómo le gusta ser el centro de atención! Disfruta muchísimo. Ella siempre ha sido así, desde niña. Quiere ser actriz o presentadora de televisión, una profesión en la que la conozca mucha gente y se sienta admirada. Es muy extrovertida y le encanta que todos estén pendientes de ella. Aunque a veces, no lo consiga de la mejor manera. Recuerdo una vez, cuando éramos pequeñas, que teníamos que representar una función de teatro en la fiesta de final de curso en el colegio: Caperucita roja. Las dos queríamos hacer el papel principal. Tuve suerte y me tocó a mí. Sin embargo, fue tal el berrinche que se llevó que al final cambiamos los papeles para que no llorara más. Alicia hizo de Caperucita y yo de árbol. Me dio las gracias y me dijo que cuando fuera una actriz famosa me regalaría lo que yo quisiese. Esperaré sentada.<br />El que no se ha tomado tan bien todo esto ha sido Adrián. Ha estado muy serio y un poquito distante conmigo. No hemos hablado mucho desde aquel día en el que sucedió todo. Ni siquiera ha podido aclararme a qué se refería cuando me dijo que yo le recordaba a su antigua novia. Lo cierto, es que no hemos estado a solas ni un solo segundo. Como he permanecido incomunicada en casa y en el recreo me he quedado castigada esta semana, apenas hemos coincidido. Además, ya no me espera para regresar juntos después de clase. Creo que lo de Pablo le ha sentado fatal. ¿O no? Este chico me desconcierta. No sé si le gusto de verdad o no. Y lo que es más preocupante: no sé si me gusta tanto a mí. Sigo hecha un lío.<br />Anoche tuve un sueño en el que aparecía él. Estaba sentado en un columpio y se balanceaba lentamente. Yo le observaba desde lejos y sonreía. Me apetecía sentarme en el columpio que estaba libre y charlar un rato con él. Sin embargo, mientras caminaba hacia allí, alguien se me adelantó y se colocó a su lado. Era una chica que se parecía mucho a mí. Casi podría decir que era yo misma aunque no lo sentía así. Los dos empezaron a hablar y a reírse mientras se columpiaban. Se notaba una gran complicidad entre ellos, como si se conocieran de siempre. Fue muy raro y debo reconocer que me puse triste. ¿Es eso normal? Yo que sé. Estoy muy perdida en mis sentimientos.<br />Mi situación me recuerda a esa canción de Robin que empieza: “tengo dos amores a la vez...”. Aunque yo no sé siquiera si tengo uno. <br />Lo de Pablo fue algo... ¿extraño? Pero a la vez, ¡increíble! He pensado mucho en él desde que nos liamos en el instituto. También es que me he pasado horas y horas aburrida sola en mi habitación sin nada que hacer. Quien sabe si lo nuestro puede volver a surgir o es una historia que ha finalizado del todo. ¿Ha cambiado de verdad? Esa es mi gran duda. Conmigo el día que nos liamos, fue dulce, apasionado, atento. Pero sigue saliendo con los mismos chicos que antes. Los malotes del instituto. Y tontea demasiado con las chicas de clase. O eso es lo que a mí me parece. Que rabia cuando les pone esa sonrisita tan suya. Uff. ¿Qué pretende? <br />Si le doy una oportunidad quizá me lleve un chasco. No sé. <br />Hoy, ha pasado una cosa que me hace dudar de él todavía más. Era media mañana, después del recreo. El mismo profesor que nos pilló besándonos en el patio estaba explicando algo en la pizarra. Yo escuchaba medio dormida, con el codo apoyado en la barbilla, dibujando estrellitas y circulitos en mi cuaderno. Y de repente, algo me sobresaltó. “¡Ay!”. Alguien me había lanzado una bolita de papel que me dio en toda la cabeza y había caído al suelo. Miré a un lado y a otro hasta que descubrí que Pablo me observaba y se ponía un dedo en la boca pidiéndome silencio. Luego, me guiñó un ojo. Con sorpresa, me agaché y recogí el papel con sigilo. Desplegué la hojita y leí lo que me había escrito: “Nadie besa mejor que tú. Quiero repetir. Entre clase y clase en el baño de chicas. ¿Te apetece?”. ¡Me entró un escalofrío tremendo! <br />¿Quería yo repetir? ¿Me apetecía?<br />Sabía la respuesta. Se me puso la piel de gallina al recordar sus labios suaves en los míos y sus manos rozándome la espalda. Sin embargo, no quería, ni podía arriesgarme. Si me volvían a cazar besándole en el instituto o en alguna otra parte, podía ir preparándome para una buena. Más rumores, más castigos y... ¡más charlas de mis padres! Así que arranqué una página de mi cuaderno y le respondí: “No es el momento. Tal vez otro día”. Hice una pelotita con la hoja y cuando el profesor no miraba se la lancé. Pablo la agarró con la mano, al vuelo, y la leyó. Pensé que pondría cara de fastidio pero me equivoqué. Sonrió y le comentó algo en voz baja al chico que se sienta a su lado que soltó una carcajada. Eso no me gustó nada. ¿Qué le había contado? ¿Tenía que ver conmigo? Inmediatamente, cogió un bolígrafo azul, un papel y se puso a escribir en él. Esperaba que terminase para recibir una respuesta. Lo miraba de reojo, pero Pablo pasaba de mí. Seguía centrado en el papel y en lo que estaba escribiendo. ¡Cuánto tardaba! ¿Qué escribía? ¿El Quijote? Finalmente, acabó, hizo un repaso de lo que había apuntado en la hoja y la arrugó hasta hacer una bola muy pequeña. ¡Por fin! Estaba nerviosa por saber que había escrito. Me di la vuelta, ya sin tener en cuenta al profesor, y lo miré. En cambio, él no me miró a mí. Apuntó en otra dirección y le lanzó la bola de papel a ¡Susana! La tía más buena de la clase. Me quedé helada. <br />La chica leyó la notita, sonrió y le respondió con otro mensaje en forma de bolita de papel. <br />A cuadros. <br />Mis sensaciones durante el resto de la mañana fueron contradictorias. Por un lado, me repetía a mí misma que había sido una estúpida por creer que le volvía a gustar a Pablo. Se había liado conmigo como podría haberse liado con cualquiera. ¡Tenía que olvidarme de él ya! Pero por otro, me decía que no debía juzgarle sin saber lo que ponía en aquel papel. ¿Debía averiguarlo o no era asunto mío? <br />Me estaba volviendo loca. <br />La penúltima clase fue insufrible y la última se hizo eterna. Entonces, mientras recogía, inesperadamente, Pablo se acercó hasta mí. No venía acompañado y parecía muy alegre. Alicia, con una sonrisa pícara, me dijo que me esperaba fuera. Adrián se había marchado ya también, en silencio, sin despedirse. No quedaba nadie más. Solos, él y yo. Como aquel día en el patio. Como antes cuando salíamos y nos divertíamos juntos. De nuevo, un escalofrío. ¿Qué quería?<br />Estaba nerviosa. Se sentó encima de mi mesa y me pidió que me sentara un momento con él. No sé por qué, pero le hice caso. No habíamos hablado casi nada desde que nos liamos. Escuchaba como mi corazón latía deprisa. ¡Me iba a dar algo! Y entonces habló sonriente. Me contó que lo de aquel día fue muy especial para él y que le apetecía repetirlo conmigo si a mí también me apetecía. Que hasta se estaba planteando pedirme volver a salir. Pero que si yo no estaba segura o no quería que me comprendía y me respetaba. Le oía embobada. Tanto que no me di cuenta de que cada vez estaba más cerca y de que sus labios tenían intención de contactar de nuevo con los míos. ¡Otra vez! <br />Pero en esta ocasión no hubo beso. <br />Como quien se despierta de un sueño profundo, di un brinco al ver a alguien en el umbral de la puerta de la clase. Adrián había regresado. “Se me había olvidado el abrigo”, comentó muy serio y se marchó de nuevo.<br />Instintivamente, me puse de pie. Pablo también se levantó, pero no le dejé hablar más. Le di un beso en la mejilla y me fui a casa sola. <br />Sí, el castigo ha terminado, pero mis dudas, mis preguntas y mis indecisiones continúan muy presentes.<br /><br />CONTINUARÁ... EL LUNESFrancisco de Paula Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/01374628273101605292noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-6071323335840946738.post-27836053204226753182011-04-04T20:42:00.000+02:002011-04-04T20:43:28.263+02:00AMOR A LOS 14. CAPÍTULO 3La vida es una aventura llena de sorpresas y de experiencias que poco a poco van modelando tu forma de ser. A mis catorce años, estoy viviendo una etapa en la que cada día me doy cuenta de que todo es posible y que cualquier cosa puede pasar. <br />Han terminado las fiestas navideñas. No han estado mal del todo. Muchas reuniones familiares, comida abundante y algún que otro regalito. También demasiado tiempo libre que me ha servido para pensar, aunque por lo visto, no se me da muy bien. Porque he hecho justo lo contrario a lo que había decidido.<br />Planes navideños: no meterme en más líos, pasar de los chicos y arreglarlo con Alicia. Mi amiga no me llamó estos días. Ni un comentario en el Tuenti, ni en el Facebook, ni nada de nada. Así que cuando las clases han empezado otra vez, seguía enfadada conmigo. Y no me sentía nada bien por ello. Sin embargo, ayer nos encontramos en el cuarto de baño del instituto. Fue por casualidad. Nos mirábamos de reojo la una a la otra a través del espejo, indecisas, serias, hasta que ella sonrió. Luego sonreí yo y por arte de magia terminamos abrazadas y derramando alguna que otra lagrimilla. Nos pedimos perdón y salimos juntas al patio. Hablamos hasta que sonó de nuevo la campana y me contó algo increíble. ¡Qué ganas tenía de soltarlo! En las Navidades se había liado con... ¡Adrián! Bueno, eso fue lo que dijo al principio. Luego se quedó en un beso y finalmente, en un piquito. Pero ella estaba muy contenta. <br />El día antes de Reyes, mi amiga fue de compras con su madre a buscar los regalos de última hora. Y resulta que se lo encontró en un centro comercial. No estaba con nadie. Al menos, en ese momento. Se puso muy nerviosa y fue corriendo a saludarle. El chico parece que también se alegró de verla y estuvieron un rato a solas. Los dos pasearon por los callejones de la sección de juguetes mientras la madre de Alicia decidía que comprarle a sus sobrinos. Hablaron de varias cosas, sin demasiada importancia. Ella estaba encantada y mientras me lo contaba se le iluminaban los ojos. Entonces, cuando se despidieron a la hora de darse dos besos, Alicia se atrevió a acercar los labios a los suyos. Tanto que terminó dándole un pico. ¡Increíble! ¿No?<br />Tengo que ser sincera. Cuando Ali me habló de su encuentro con Adrián sentí un cosquilleo por dentro bastante incómodo. Y sí, me puse un poquito de mal humor. Solo un poquito. Pero bueno, si mi amiga y el chico nuevo estaban juntos, y comenzaban a salir, genial. Era como debía de ser. Todo en su sitio. A ella le gustaba muchísimo y a él... ¿qué pensaría de aquel beso... mini beso? <br />Hoy lo he averiguado. <br />En el patio, Alicia no ha estado con nosotros. Tenía que acabar un examen de recuperación. Así que Adrián y yo nos hemos sentado solos al sol, que lucía por fin después de unos días en los que no ha parado de llover y de nevar. Cuando lo miraba apenas escuchaba lo que me decía. No me podía quitar de la cabeza el beso que le había robado mi amiga. ¡Y me daba un poco de rabia! ¿Por qué? Durante las vacaciones de Navidad he llegado a la conclusión de que Adrián tal vez me guste un poquito. ¡Casi nada! Pero también he descubierto que Pablo, mi ex, seguía despertando algo en mí. Así que lo mejor era pasar de los dos. <br />Sin embargo, fue oír lo del beso y... En fin. Tenía mucha curiosidad por saber qué pensaba él sobre el asunto. Por lo que directamente se lo he preguntado. ¿Qué no tenía derecho? Posiblemente, no. Pero me ha salido de esa manera. No me he podido aguantar. Además, los dos son mis amigos. Quería tener las cosas claras y averiguar lo que realmente hay entre ellos. <br />Su respuesta ha sido contundente. “Ese beso no significó nada. A Alicia solo la quiero como a una amiga”. He asentido con la cabeza y luego, un largo silencio. Pensaba que quizá no era del todo sincero. O que tal vez es de esos chicos a los que no les gusta hablar de su vida personal. Pero he sentido un gran alivio por dentro. Como cuando te dicen la nota de un examen aprobado del que no estabas segura si lo habías suspendido. Sin embargo, las confesiones de Adrián no habían terminado. <br />¿Cómo puede tener unos ojos tan bonitos? Con el sol iluminándole eran aún más encantadores. Embobada prestaba atención a lo que me tenía que decir. <br />Estaba inquieto. Y no me miraba directamente cuando hablaba. Hasta que después de darle muchas vueltas, se centró en mis ojos y a pesar de que le daba un poco de vergüenza, reconoció que... me parecía mucho a su ex. “Dos gotas de agua”. Se me puso una cara de tonta. Mis mejillas sonrosadas ardían como nunca. Pero, ¿qué pretendía decir exactamente con eso? ¿Qué me quería?<br />Me quedé con las ganas de saberlo porque en esos momentos llegó Alicia tarareando una canción de Maldita Nerea y se sentó con nosotros. ¡Qué mala pata, en el momento más interesante de la conversación! El chico se quedó callado y dejó que ella explicara como le había salido el examen de recuperación. Lo miraba, pero él no me miraba a mí. ¡Me moría por saber más cosas! Simplemente, a Adrián, antes de que apareciera Alicia, solo le dio tiempo a pronunciar el nombre de su antigua novia: Leire. <br />Los tres volvimos a clase unos minutos después cuando sonó el timbre. Tocaba matemáticas. Imposible concentrarse en números y letras mezclados entre sí. Yo solo tenía en la mente lo que mi amigo me había confesado. ¿Le gustaba? ¿Me había comparado con su ex novia por amor o porque le caía bien? ¿Era aquella “L” del corazoncito de su cuaderno que descubrí antes de vacaciones por Leire o por mí? <br />¡Qué dolor de cabeza! Literalmente. Me iba a estallar. Hasta tal punto que comencé a marearme muchísimo. Veía mal y me empecé a tambalear en mi asiento. No lo soportaba más. Levanté la mano y le pedí al profesor de mates que si podía salir un momento que no me encontraba bien. El hombre accedió no de muy buena gana y enseguida, Adrián también se puso de pie para acompañarme. Pero esta vez, alguien se le anticipó. Pablo me cogió de la mano y pidió permiso para ir conmigo. El profe le dejó y juntos abandonamos la clase. <br />Pensaba que mi ex me llevaría hasta la enfermería del instituto, pero no fue así. Andamos hasta un banquito del patio y nos sentamos allí. Según él, el aire frío en la cara es mejor que una medicina y que eso era lo que yo necesitaba. No tenía ganas de discutir así que le hice caso. <br />Con Pablo las cosas estaban en punto muerto. Me besó el último día de clase y ya casi no supe más de él en todas las Navidades. Solo hablamos un día por el MSN y fue para desearnos felices fiestas y un próspero año nuevo. Lo típico. Apenas dos minutos de su tiempo. <br />De repente, me puso una mano en la rodilla. Lo miré extrañada y él sonrió. Me recordó muchísimo a cuando estábamos juntos. Se había convertido por unos segundos en ese chico encantador del que me enamoré. No se conformó con acariciarme la pierna. Sin esperarlo, se inclinó sobre mi, apartó mi flequillo y me dio un beso en la frente. Un escalofrío. Y después me estrechó entre sus brazos, acomodando mi cabeza contra su pecho. Otro escalofrío. Era desconcertante su actitud. Éste no se parecía al tipo insoportable y presuntuoso de los últimos tiempos. ¿Qué estaba pasando?<br />Pablo no tenía intención de pararse ahí. Buscó mi rostro y puso el suyo a la misma altura. Nuestras bocas se acercaron mucho. Casi sentía su aliento. Pero aquello no era lo que yo quería. Me las apañé para salir de su abrazo y lo miré a los ojos. Seguía sonriendo, dulce, tierno. Seductor. Tragué saliva. Lo estaba consiguiendo. Pero no me iba a dejar atrapar así como así. Me levanté y le rogué que volviéramos a clase, que ya me encontraba mucho mejor. <br />Fracasé en mi propuesta. Con un movimiento ágil, me agarró por las caderas y me impulsó hacia él. En un instante me encontré sentada en sus rodillas a pocos centímetros de su cara. Me miraba intensamente. Yo respiraba con dificultad. Agitada, nerviosa. No quería... sí quería. Nada que hacer. Pablo me había atrapado con sus encantos. Sus labios húmedos y suaves contactaron con los míos. Y luego su lengua acarició la mía. Sentí una de sus manos en mi pelo y la otra en la espalda. Nos besamos una y otra vez. Al principio, fue bonito. Luego, apasionado. El airecillo frío me golpeaba travieso las mejillas que estaban hirviendo. Ya no me dolía la cabeza, ni pensaba en Adrián. Ni tan siquiera tuve en cuenta que estábamos en el instituto. Solo sentía su boca. Y sus manos en mi espalda. <br />Nunca, ni cuando éramos novios, me había hecho sentir tan especial.<br />Por unos minutos me olvidé del mundo. Pero el mundo no se había olvidado de mí. El profesor de matemáticas, alarmado por nuestra prolongada ausencia, salió a buscarnos. Y nos pilló en pleno beso. <br />No tengo capacidad, ni memoria suficiente, para recordar todos los castigos que me han puesto en el instituto y en mi casa. <br />¿Mereció la pena?<br />No lo sé. Estoy hecha un lío. ¿Quiero a Pablo? ¿Me gusta Adrián? ¿Los dos? ¿Ninguno?<br />Menos mal que iba a pasar de los chicos.<br /><br />CONTINUARÁ... PRÓXIMO CAPÍTULO EL JUEVES :)Francisco de Paula Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/01374628273101605292noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-6071323335840946738.post-58958443524662821442011-04-01T21:21:00.001+02:002011-04-01T21:22:15.172+02:00AMOR A LOS 14. CAPÍTULO 2.Amor a los 14. Capítulo 2<br /><br />Si es que lo que no me pase a mí. ¡Menudo día que llevo! Una cosa ha ido llegando detrás de otra. ¡Y todo sin salir del instituto! Ahora mismo estoy hecha un lío. Y lo que es peor, no sé qué hacer ni como actuar. Algunas veces alguien debería decidir por ti. Pero acertando con la solución, claro, y consiguiendo que nadie se enfade. Y si alguien se enfada, por lo menos habrá a quien echarle la culpa. ¿No?<br />Y eso que la mañana empezó muy bien. Hoy era el último día de clase antes de las vacaciones de Navidad. Y además, me han dado el resultado del examen que me faltaba por saber: Un seis y medio en mates. Lo que significa que... ¡He aprobado todo! El primer trimestre lo he sacado limpio. Vale, mis notas podrían haber sido un poquito más altas. Mucho seis, mucho siete, un ocho y un aprobado raspado en inglés. No se me dan muy bien los idiomas, a pesar de que en la playa me confunden con una guiri por mi cara sonrosada cuando me da un poco el sol. ¡No soy extranjera! De todas maneras no me puedo quejar. En el segundo trimestre estudiaré más, será mi propósito de año nuevo. O uno de ellos. Porque otro, más importante, será arreglar las cosas con Alicia. Y es que mi mejor amiga se ha enfadado muchísimo conmigo.<br />Es la primera vez que nos ocurre algo así. Hasta ahora, habíamos tenido riñas, pequeñas broncas. Lo típico de dos amigas que se conocen desde hace mucho tiempo. Pero nunca me había gritado como hoy. Y eso que yo pienso que no tengo la culpa de lo que ha pasado. <br />Alicia lleva dos semanas en una nube. Más despistada de lo normal. El motivo: Adrián. Sí, el chico nuevo le gusta de verdad. O eso es lo que dice. Insiste en que es el “hombre” de su vida y que jamás había sentido algo así por alguien. Incluso, se ha cambiado de sitio en clase para estar más cerca de él. En cada recreo y cuando nos quedamos a solas no para de hablar de su “futuro novio”. Se hace un poco pesado oírle todo el rato lo mismo. Que si es guapísimo, que si mira que ojos tiene, que si le encanta su forma de ser... Lo que otras veces, pero multiplicado por cien. Pero es mi mejor amiga y no me queda otra. <br />Anoche, me llamó por teléfono a las once para contarme que mañana sería el día, el de la declaración, y que si se me ocurría alguna forma original para pedirle salir. A ella le falta un poco de imaginación, siempre es muy directa. Pero con Adrián quería hacerlo distinto, porque él es especial. Le dije que no podía ayudarla, porque tenía sueño y no me apetecía nada ponerme a pensar. Es su chico, no el mío. Sin embargo, Alicia me estuvo dando la lata hasta que me convenció. Lo planeamos todo detenidamente. Y aunque mandarle una carta anónima no es lo más original del mundo, decidimos que era lo mejor. Ella iba anotando lo que yo le iba diciendo. No escribía una carta de amor desde la primera semana en la que estaba con Pablo. Se me removió bastante el estómago recordándolo. Y me entró algo de pena por no tener a nadie a quien dedicarle palabras bonitas y con sentimiento. Es lo malo de estar sola, que te pierdes las cosas buenas de estar enamorada y ser correspondida.<br />En media hora habíamos terminado. Y elaboramos un plan. Al día siguiente, mientras ella distraía a Adrián en el recreo yo colocaría la carta dentro de uno de sus cuadernos. Sin decir quien era, Alicia le confesaba sus sentimientos y le citaba para después del instituto en la puerta trasera del edificio. Hasta ahí, perfecto. Romántico, emocionante y con su parte de suspense. Pero sucedió algo inesperado.<br />Como habíamos previsto, Alicia se llevó de clase a Adrián al patio y yo sigilosamente me acerqué hasta su mesa. Tenía el cuaderno de Lengua encima de ella. Lo abrí para dejar dentro la carta y... me encontré con una gran sorpresa. En la última página había algo dibujado. Un dibujo que, además, se repetía unas veinte veces. Me quedé casi sin respiración cuando vi un montón de corazones atravesados por flechas pintadas con boli azul. En cada lado había una letra escrita en mayúscula: una “A” izquierda y una... “L” a la derecha. ¡Adrián y... ¿Laura?! No, ¡eso no era posible! <br />Me estaba empezando a poner muy nerviosa. Repasé mentalmente los nombres de las chicas de la clase y me di cuenta de que solo dos teníamos como inicial la letra “L” en nuestro nombre. Y Lorena apenas habla con este chico. Es más, no pegan ni con pegamento extra fuerte. ¿Podía estar pillado de ella o era yo su supuesta amada? <br />Intenté tranquilizarme. Respiré varias veces profundamente y analicé una vez más la situación. Tal vez, la que le gustaba a Adrián no era de nuestra clase. O a lo mejor era una ex novia o alguna chica de la ciudad en la que vivió anteriormente. Sin embargo, nunca nos había hablado de parejas del pasado. ¡Qué extraño era todo aquello! Como un sueño de esos raros. <br />Entonces, desperté de repente cuando escuché la voz de Alicia. ¡La carta! La había olvidado por completo. Y también a ella y lo que tenía que hacer durante el recreo. Me dijo que Adrián había ido al baño y que si me había pasado algo, que no había ido con ellos en el recreo. Pero sin que me diera tiempo a contestarle, vio la carta en mi mano y luego el cuaderno. Aunque intenté taparlo con mi brazo fui inútil. Alicia descubrió la última página llena de corazones atravesados con flechas azules con la inicial del nombre de su queridísimo amor a un lado y la letra “L” en el otro. Abrió mucho los ojos y me miró con rabia. No se lo podía creer. Yo no sabía qué decir, ni como reaccionar. Hasta que de su boca salió un grito. Me llamó “robanovios” y un insulto bastante desagradable. Intenté explicárselo, pero no me dejaba hablar. Alicia continuó chillándome durante unos segundos y en un momento todo se volvió muy confuso. Mis compañeros comenzaron a entrar en el aula y a amontonarse a nuestro alrededor. Pero ella seguía soltando toda clase de acusaciones y yo no respondía. ¡No me dejaba! Me acusaba de acaparadora, de que siempre tenía que estar por encima y de que con todos los tíos que había en el mundo me tenía que fijar en el que le gustaba a ella. ¿Cómo decirle que yo no tenía nada que ver con aquello? Los gritos se terminaron cuando Adrián entró en clase. Alicia lo miró fijamente, como si el tiempo se hubiese detenido durante un segundo. Y salió corriendo con lágrimas en los ojos.<br />Me dio mucha lástima. <br />Quizás debí de correr tras ella e intentar alcanzarla para calmarla. Pero no lo hice. Adrián tampoco fue. No se dio cuenta de lo de la carta, ni de que habíamos visto lo que había dibujado en su cuaderno. Menos mal que me dio tiempo a cerrarlo, si no ¡qué vergüenza! El chico me observó, se encogió de hombros y se sentó en su silla. El profesor había llegado y la clase de plástica comenzaba.<br />Alicia no apareció en toda la hora. Ni tampoco en la siguiente. <br />Me sentía mal. Era imposible pensar en otra cosa que no fuera aquello que había sucedido. Por una parte, mi amiga se sentía engañada por mí, como si yo hubiese hecho algo para enamorar al chico que precisamente le gustaba a ella. Y por otra parte, me preguntaba si realmente esa “L” mayúscula hacía referencia a mi nombre. Si era así... ¡Madre mía! ¡Adrián me quería! <br />Así que el problema era doble. <br />De reojo miraba al chico nuevo. ¿Sentía yo algo por él? No. Pienso que no. Aunque es muy mono y simpático. Poco a poco había ido cogiendo confianza, y aunque no se había soltado del todo, hablaba más y tenía un sentido del humor muy peculiar que me gustaba. Todos los días me acompañaba a casa e incluso algunas veces por la mañana temprano coincidíamos en el camino al instituto. No nos decíamos mucho, pero era agradable su compañía. Es de estas personas que hablan lo justo. No dicen más de lo adecuado y prestan atención a todo lo que le cuentas. <br />En una de mis miradas, los ojos de Adrián coincidieron con los míos y me entró un escalofrío que me recorrió de arriba abajo. Los dos, al mismo tiempo, avergonzados, agachamos la cabeza y miramos nuestros cuadernos. Él, el de lengua, en el que tenía dibujados los corazones. <br />¿Y si siento algo por él?<br />Realmente, si eso fuera así, las cosas se complicarían muchísimo. Y no solo por Alicia. <br />Como dije al comienzo, todo se me ha acumulado y estoy muy liada. <br />Cuando estaba recogiendo mis cosas para irme a casa, se me ha acercado Pablo. Venía a despedirse porque se va a pasar las vacaciones de Navidad a la nieve con su familia. Me ha dado dos besos en la mejilla. Pero antes de apartar su cara de la mía, no sé si por un impulso, o por una apuesta o por quien sabe qué... me ha besado en los labios. Ha sido un beso cortito, suave, como el primero que nos dimos en el fotomatón. Pero me ha despertado una cantidad de emociones inexplicables. Pero es que inmediatamente después me ha susurrado en el oído: “me sigues gustando”. Y me ha dado otro beso en la frente. Inmóvil, he visto como me guiñaba un ojo y sin más salía de clase acompañado por uno de sus amigos repetidores. <br />¿Por qué me pasan estas cosas a mí? ¡No es justo!<br /><br />CONTINUARÁ... EL LUNESFrancisco de Paula Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/01374628273101605292noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-6071323335840946738.post-85716097511752339822011-03-30T19:43:00.004+02:002011-03-30T20:03:08.814+02:00AMOR A LOS 14. CAPÍTULO 1Nota: Gracias a la Revista Superpop por su permiso para dejarme subir a mi blog "Amor a los 14", el relato que estoy escribiendo para ellos. Tiene 10 partes. Este es el capítulo 1. Espero que os guste!!<br /><br />Amor a los 14. Capítulo 1<br /><br />Hace frío. Muchísimo frío. Me he quitado los guantes y sigo teniendo las manos heladas. Rojitas. Como mi cara que también está roja. Y no me gusta. Es lo malo de ser tan blanca y de tener la piel tan sensible, que cuando hace frío me pongo colorada y cuando hace calor, también. Es un verdadero rollo. Pero aunque me fastidie y se metan conmigo llamándome melocotón, tomatita o cosas por el estilo, a mis catorce años, empiezo a estar acostumbrada. Resignada, más bien. ¡Abuela porque tuviste que ser sueca! Por lo menos tengo los ojos azules y eso me encanta. Algo bueno tenía que tener ser nieta de una nórdica. <br />¿Nieva? No, parece que ahora no nieva. Aunque el suelo de la calle sí que continúa cubierto de escarcha. Camino de casa, delante de mí iba una señora teñida de rubio que ha patinado y casi se mata. Menos mal que yo he llegado sana y salva. Si me hubiese caído de culo, habría pasado una vergüenza enorme. Porque a diferencia de otros días, no he venido hasta mi casa sola. Me ha acompañado Adrián.<br />¿Quién es Adrián? Uno nuevo. Sí, es muy extraño que a estas alturas de curso entre un chico nuevo en el instituto. Estamos casi terminando el primer trimestres y no es habitual. Pero por lo visto su padre tiene una profesión de esas en la que lo cambian constantemente de ciudad. Pues da la casualidad de que se han mudado a vivir a la casa que está al lado de la mía. Una muy grande que llevaba unos meses sin habitar. Pero es que encima, Adrián va a mi clase y se ha sentado justo en la mesa de adelante. ¡Cuántas coincidencias! <br />Todavía no me ha dado tiempo a conocerle mucho, pero la primera impresión que tengo es que es un tipo bastante raro. Alicia, por el contrario, dice que es muy guapo y muy interesante. Y misterioso. Que posee cierto aire a Edward Cullen. Como le gustan los vampiros a esta chica. Ha sido verlo y ya se ha pillado por él. Ella es muy enamoradiza, aunque se cansa pronto de los chicos. A éste, nada más verlo, dijo que era para ella. Y me advirtió, además, pero en tono de broma: “Laura, es mío. ¿Okey?”. Yo me encogí de hombros y le dije que sí, sin problemas. A mí no me atrae. Físicamente, no está mal. Es alto, tiene los ojos grandes y verdes, y un pelo bonito. Y viste bastante bien. Pero parece muy tímido y apenas habla. Cuando mi amiga le ha dicho que era mi vecino y que podíamos volver caminando los tres juntos, se ha puesto casi tan rojo como yo. Parecíamos el dos de corazones. Aunque luego ha sonreído y ha aceptado. ¡Qué dientes más blancos y perfectos! A Alicia le han hecho los ojos chiribitas. Esta chica no cambiará nunca. Tío guapo que ve, tío guapo del que se enamora. Eso, desde los cinco años que fue cuando nos conocimos. <br />Todo comenzó con Miguel Pacheco, el niño guapetón de la clase. Pelo rubio, ensortijado y ojos azulísimos. Iba todo el día detrás de él. ¿Qué no es posible enamorarse con cinco años? Pues para ella fue posible. Tanto, que las primeras palabras que Alicia me dijo en su vida fueron “quita niña tonta, este es mi novio”. Y todo porque Miguel se sentó a mi lado y me pidió la plastilina. Imposible de creer, pero sucedió. Siempre se lo recuerdo cuando hablamos de chicos y ella lo niega, aunque luego termina reconociendo que es una gran celosa. Pero una celosa sin mala intención, no como otras. Alicia se cuela por alguien y pone sus cinco sentidos en él, hasta que se aburre y lo deja. Es todo lo contrario a mí. Yo necesito tiempo, hacer las cosas más despacio y que no solo me entre por los ojos. <br />Pero si a Alicia le ha caído bien el chico nuevo, todo lo contrario le ha pasado a Pablo. Desde el primer momento ha estado fastidiándole con sus amigos. Incluso en el recreo le ha dado un balonazo tremendo a propósito. Me ha dolido hasta a mí. Sin embargo, Adrián apenas se ha inmutado. Ha sonreído, ha dado un par de toques y les ha devuelto la pelota. Yo no me he podido callar y he ido hasta Pablo para preguntarle de qué iba, que esa no era manera de tratar a un recién llegado. Desde que rompimos está inaguantable. No le reconozco. Él se ha disculpado diciendo que había sido sin querer y que el chico se había puesto en medio de la jugada. Mentira. Yo sé que lo ha hecho queriendo, pero tampoco me apetecía discutir más con él. Lo pasé muy mal cuando lo dejamos y tampoco era plan recordar ciertas cosas. <br />Si el primer amor es increíble, el primer desamor es lo peor que te puede pasar. ¡Cómo duele! Tengo grabadas en mi cabeza todas las palabras que pronunció el día que acabamos con lo nuestro. No se me borran de la mente las frases que utilizó para decirme que no quería seguir conmigo. Ni las lágrimas que solté cuando se marchó de mi habitación. Fue terrible y muy duro. Se te crea una especie de presión en el pecho insoportable y estás todo el tiempo como en una nube y con muchísimas ganas de llorar. Me llevé tres días sin comer y escuchando música a todas horas. Canciones tristes y melancólicas. Ahora, cada vez que las escucho se me ponen los ojos rojos y me invade una angustia por dentro difícil de aguantar. <br />Hacía casi cinco meses que salíamos juntos y que nos dimos nuestro primer beso. Fue precioso. Lo mejor que me había ocurrido en la vida. Salíamos en el mismo grupo, pero ese día solo estábamos él y yo. Aburridos. Me dijo que si quería ir al cine. Como amigos, claro. Solo éramos eso, aunque a mí me gustaba desde hacía tiempo. Nunca me había decidido a decirle nada. Vimos “Avatar”, aunque yo apenas presté atención a la pantalla. ¡Estaba tan nerviosa! Me temblaba todo el cuerpo. Y de vez en cuando lo miraba para comprobar que hacía él. Cuando nuestras miradas coincidían sonreíamos y yo me quería morir. Tenía muchas ganas de darle un beso. Mi primer beso. Pero no sabía si era el momento adecuado. Así que la película terminó y no hicimos nada. Sonrisas, miradas y poco más. Luego fuimos a comer una hamburguesa. Casi no hablamos. Yo no podía apartar mis ojos de los suyos y de sus labios. ¡Me apetecía tanto besarle! Pero nada, tampoco me atreví a dar el paso en la hamburguesería. Ya daba por hecho de que me iría a dormir sin haber probado su boca. Sin embargo, el destino jugó a mi favor. <br />Eran casi las diez de la noche, la hora a la que mis padres me habían dicho que tenía que estar en casa. Pablo me acompañaba. Y de repente, comenzó a llover muy fuerte. Cada vez con más intensidad. Corrimos por la calle como dos locos. Hasta que él me cogió de la mano y me guió hasta un fotomatón. Allí estaríamos a cubierto hasta que escampara. Era un sitio muy estrecho, así que casi sin querer, jadeante, me senté sobre sus piernas en el taburete. Y entonces, ocurrió. Me miró intensamente. Como nunca me había mirado hasta entonces un chico. Suspiré. Estaba atacada de los nervios. ¿Iba a hacerlo? Sí. Se lanzó. Cerró los ojos y acercó su cara hasta la mía. Yo también cerré los ojos y como si fuera la escena final de una película romántica, me dio un beso. Suave. Casi tanto, que apenas noté sus labios. Fue mágico. Eso es todo lo que puedo decir de mi primer beso. A continuación, le abracé y nos quedamos cinco minutos juntos, sin movernos. Dejó de llover, salimos del fotomatón y caminamos de la mano hasta mi casa. Mi padre que vigilaba desde la ventana me echó la bronca cuando me vio besarle de nuevo al despedirse. Castigada dos semanas. Pero fue un castigo dulce. Y que no cumplí, ya que al día siguiente me perdonó. <br />Aunque ahora esté con una sonrisa, es amarga. Prefiero no pensar más en lo mío con Pablo. Vuelvo a estar sin nadie y como suelen decir, mejor sola que mal acompañada. ¿No? Además, ha cambiado mucho. Ya no es ese chico amable y cariñoso de hace unos meses. Se ha hecho amigo de los repetidores y desde entonces va de malote y se ha liado con varias. Pues por mí que se quede con todas. Ya no le quiero. O eso creo.<br />¿Cómo sabes si continúas enamorada de alguien? <br />Alicia dice que eso no se sabe, que eso se siente. Que las cosas del amor no se piensan, se experimentan. Ella cuando quiere también dice cosas interesantes. Aunque no sé si esto lo leyó en alguna revista para adolescentes. El caso es que cuando recuerdo lo que tuve con Pablo las sensaciones son muy contrarias. Y me lío. Pero no sé si el lío lo tengo en la cabeza o en el corazón. <br />En realidad, lo que me gustaría de verdad es volver a enamorarme. Olvidarme de una vez por todas del pasado y encontrar a un chico que me quiera de verdad. Que me cuide, que me abrace cuando esté mal y que me bese en la última fila del cine. Alguien que no vaya de malo, que sea sensible y me comprenda. <br />No sé si pido mucho. Tal vez soy muy exigente y tendría que dejarme llevar un poco más como hace Alicia. Aunque cada uno es como es y necesita lo que necesita. Solo espero no quedarme sola. Sería horrible. Soy muy joven, lo sé, y no estoy tan mal, aunque me ponga roja por el frío y por el calor. No hay que ser pesimista. Y quien sabe, quizás ese chico del que me vaya a enamorar está más cerca de lo que yo misma pienso. ¿No?<br /><br />CONTINUARÁ...<br /><br />(Este relato solo puede ser distribuido en la red por el propietario del Blog y la revista Superpop que es quien lo tiene registrado)Francisco de Paula Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/01374628273101605292noreply@blogger.com15tag:blogger.com,1999:blog-6071323335840946738.post-23933881874331536952011-03-16T18:32:00.002+01:002011-03-16T18:34:27.932+01:00CANCIONES PARA PAULA. CAPÍTULO INÉDITO SANTOS INOCENTES 2008NOTA: ESTE CAPÍTULO NO FORMA PARTE DE "CANCIONES PARA PAULA". FUE UNA BROMA QUE GASTÉ A LOS QUE SEGUÍAN LA NOVELA POR INTERNET EN DICIEMBRE DEL 2008. IMAGINAOS LA CARA QUE PUSIERON LOS QUE LEYERON ESTE CAPÍTULO EL DÍA QUE LO SUBÍ. AÚN NI SIQUIERA SABÍAMOS QUE ALGÚN DÍA SE PUBLICARÍA EN PAPEL. <br /><br />Después de las lágrimas de Mario, ese lunes de marzo, con el cielo ya oscuro.<br /><br />Camina por la calle, distraído. Tiene aún los ojos vidriosos. Es de noche. Noche cerrada en la ciudad. Un soplo de aire frío le obliga a abrocharse la cazadora.<br />Aún no se ha atrevido a llamar a Paula para pedirle disculpas por el plantón. No puede creerse que se haya quedado dormido. Está triste, también avergonzado. Era su oportunidad. La que llevaba esperando tanto tiempo y él mismo se ha encargado de tirarla por tierra. ¡Qué estúpido!<br />Absorto en sus desgracias, cruza una calle desierta sin mirar, con el semáforo en rojo.<br />Una moto que pasa a toda velocidad está apunto de atropellarle. Suspira aliviado cuando se da cuenta de no le ha sucedido nada. Lo está pasando mal pero es demasiado joven para morir. Sin embargo, sin tiempo para reaccionar, se encuentra de frente con un Ford Focus negro. El vehículo frena de golpe pero no puede evitar colisionar con el joven que termina revolcado en el capó del coche. <br />Momentos de incertidumbre. Mario yace tumbado en el suelo.<br />Una joven vestida de negro sale a toda prisa del interior del Ford. Se teme lo peor. <br />El chico sigue en la carretera inmóvil. <br /><br />- ¡Dios! ¿Estás bien? <br /><br />Mario abre los ojos. Ante él se encuentra una preciosidad con un vestido demasiado escotado y corto para la época del año en la que están. ¿Es el cielo? No. Debe ser el infierno. <br />Se pone la mano en la cabeza. No sangra. <br />La joven no quiere tocarle por temor a que se haya roto algo. Es Mario, el que dolorido se incorpora lentamente. <br /><br />- No te preocupes, parece que estoy bien.<br />- No te muevas. Si quieres llamo a una ambulancia.<br />- No, no hace falta. Creo que no me he roto nada. <br /><br />Aquel ángel de la noche le sonríe. Parece aliviada. Mario la observa ahora con mayor detenimiento. Es una de las chicas más guapas que ha visto nunca. Su pelo negro ondulado, le cae por la cara. Es mayor que él, posiblemente tiene más de veinte años, pero arrastra aún la frescura de la adolescencia.<br />Entre los dos consiguen que se ponga de pie. <br /><br />- Y tú, ¿En qué pensabas? Has cruzado en rojo. Casi te mato.<br /><br />Su voz ha dejado de ser preocupada, para convertirse en recriminatoria. <br /><br />- Lo siento. Llevo un mal día. Sólo me faltaba esto.<br />- Pues no deberías intentar suicidarte por tener un mal día.<br />- No era esa mi intención. Pero gracias por el consejo.<br /><br />La chica morena lo examina de arriba abajo. Sólo es un crío. No está mal, pero dentro de unos años estará mucho mejor.<br /><br />- Me llamo Irene – le dice dándole dos besos inesperados en la mejilla - ¿Y tú quién eres?<br />- Mario – contesta bajito, sonrojado.<br />- Bueno Mario. Pues me alegro de no haberte matado y que todo esto sólo haya sido un susto.<br />- Más me alegro yo.<br /><br />La chica ríe al oírle. Es mono.<br /><br />- Me has caído bien, jovencito. ¿Quieres que te lleve a algún lado?<br />- No. Gracias. No iba a ninguna parte en concreto.<br /><br />Irene lo mira inquisitiva.<br /><br />- ¿Problemas de amor?<br />- Algo así.<br />- ¿Te ha dejado tu novia?<br />- No tengo novia que pueda dejarme. <br />- Interesante.<br />- No me parece interesante. Es una mierda.<br /><br />La chica del vestido negro vuelve a sonreír. Le gusta su rapidez mental. Es inteligente. Mira a su alrededor y piensa en algo.<br /><br />- Oye, ¿por qué no comemos algo allí y me lo cuentas? – dice, señalando un restaurante de comida rápida.<br /><br />Mario se muestra sorprendido. ¿Cómo? Él no encaja como acompañante de aquella preciosa chica, varios años mayor. Pero sin saber cómo ni por qué, acepta.<br />Juntos entran en el local. Sólo están ellos. Piden una hamburguesa cada uno y se sientan en una de las mesas del fondo.<br />Durante un cuarto de hora conversan. Irene bromea constantemente. Mario azorado intenta seguirle el juego. Se caen bien. Parece que hay conexión, pese a la diferencia de edad.<br /><br />- ¿Y cómo un chico cómo tú no tiene novia?<br />- Imagino que no soy lo suficiente bueno para ninguna.<br />- ¿Qué dices? Eso no es verdad. Eres un chaval muy guapo y muy simpático.<br /><br />La mejilla del chico arde.<br /><br />- Pues díselo a ellas. Nunca he tenido novia.<br />- ¡No me lo puedo creer! – exclama Irene, exagerando sus gestos.<br />- Créetelo.<br />- ¿Cuántos años tienes?<br />- Dieciséis.<br />- Vaya. Yo a tu edad ya llevaba unos cuantos de novios – dice riendo, sin darse cuenta de que aquello avergüenza a Mario-. Entonces tú aún no...<br />- ¿Yo aún no...?<br /><br />Irene sonríe pícara. Se inclina dejando a la vista del joven gran parte del escote y le susurra al oído.<br /><br />- Que nunca lo has hecho – susurra.<br /><br />Mario traga saliva. Sus dedos juegan nervioso con la servilleta. <br /><br />- No – contesta, aunque apenas se le oye.<br /><br />La chica dibuja su enésima sonrisa. <br /><br />-¿Y no te gustaría?<br /><br />¿Y ahora que dice? Se está poniendo muy nervioso. <br /><br />- Claro. Pero...<br /><br />Irene se levanta de su silla. Mira a izquierda y derecha. El local sigue vacío. Se acerca a Mario y le coge de la mano.<br /><br />- Ven – le ordena sensualmente, guiñándole un ojo, invitándole a que se levante también.<br /><br />Le tiemblan las piernas pero obedece. Aquello no puede ser verdad. No se puede creer lo que le está pasando. Se pellizca. No, no es otro sueño como hace un rato. Sería demasiado soñar con algo así.<br />Irene lo guía hasta el cuarto de baño. Abre la puerta del de chicas. Es bastante amplio. Entran y cierra con llave.<br /><br />- Mario, ¿Qué te parece? ¿Te atreves?<br />- Yo... <br /><br />Nunca ha estado tan nervioso. Ni siquiera con Paula. Está encerrado en el baño de chicas de una hamburguesería con aquel bombón preguntándole si quiere tener con ella su primera vez. <br /><br />- Vamos. No temas.<br /><br />Irene se le acerca. Le coge las manos y con suavidad comienza a besarle el cuello.<br />Mario apenas se mueve. Está completamente bloqueado. Cierra los ojos y siente los besos de la chica que ya le ha quitado la cazadora y va a por la camiseta. Enseguida ésta también cae al suelo. Irene no cesa en sus besos. <br /><br />- ¿Quieres quitarme el vestido?<br /><br />Mario abre los ojos como platos. No dice nada. Sólo se deja llevar. Rápidamente deja a Irene sólo con la ropa interior. También él, tras bajarle el pantalón, está sólo vestido con la ropa interior.<br /><br />- Relájate. Deja que yo te enseñe.<br />Mario obedece. Se deje llevar una vez más. Siente sus besos, sus caricias. Ha soñado muchas veces con este momento pero con distinta protagonista.<br />El ambiente cada vez se caldea más. Sus cuerpos se unen. Suspiros.<br />Dando rienda suelta a su pasión, Mario abre los ojos en el espejo del baño. Sonríe por fin. Al final el día no ha ido tan mal. Y durante los próximos minutos, todavía sería mejor.Francisco de Paula Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/01374628273101605292noreply@blogger.com28tag:blogger.com,1999:blog-6071323335840946738.post-19118431807993373042010-06-07T15:00:00.001+02:002010-06-07T15:09:37.553+02:00EL PRIMER BESO DE ÁNGEL Y PAULA (CPP.CAPÍTULO 3)Ángel la esquiva y corre divertido, alejándose de Paula. Cuando ésta le va a dar alcance, él acelera un poco y se vuelve a escapar. Una vez tras otra. Hasta que finalmente se deja atrapar y se abrazan. Su primer abrazo.<br /><br />- Estoy cansada. Me has hecho correr mucho. No te ha valido con tenerme una hora de pie esperándote, que ahora además tengo que correr detrás tuyo.<br />- Sentémonos allí.<br /><br />Es un banco vacío en una pequeña plazoleta con una fuente iluminada detrás. Se oye de fondo como caen los chorros de agua regando un fondo lleno de monedas.<br />Paula se sienta en el banco y cuando Ángel lo va a hacer a su lado pone la mano para evitarlo.<br /><br />- Espera.<br /><br />El joven no entiende que ocurre. ¿Se ha enfadado?<br /><br />- ¿No quieres que me siente a tu lado?<br />- Desfila para mí.<br /><br />Ángel no sabe si reírse o tomárselo a broma.<br /><br />- ¿Lo dices en serio?<br />- ¿Tú ves que tenga cara de chiste? Desfila. Quiero comprobar si esas descripciones que hacías de ti mismo en el MSN eran ciertas. <br /><br />El joven se echa a reír, pero acepta dándose por vencido.<br /><br />- De acuerdo. Pero luego tú. ¿Vale? Promételo.<br /><br />Paula acepta la condición. Cruza los dedos, les da un besito y lo promete.<br />Ángel se coloca enfrente y comienza a caminar en línea recta. No lo hace mal. Paula cruza las piernas y mira con atención.<br /><br />- Chaqueta fuera – le dice.<br /><br />Ángel se quita la chaqueta y se la cuelga de un hombro. Y continúa desfilando. Va y viene. Se acerca y se aleja. La luz que embellece la fuente lo ilumina. Paula no le quita el ojo de encima ni por un momento.<br />Finalmente el chico se detiene ante ella esperando el veredicto.<br /><br />- ¿Y bien?<br />- Mmmm. Es cierto. Tienes los hombros anchos. Creo que sí, que mides metro ochenta y tres, como decías. Tampoco creo que me hayas mentido con el peso. Pero hay una cosa que decías en la que no estoy de acuerdo.<br />- ¿En cuál?- pregunta curioso.<br />- Tienes buen culo. No normal, como me decías. Me gusta. <br /><br />Ángel no puede evitar una carcajada mientras se vuelve a acercar a Paula.<br /><br />- Ahora tú. Lo prometiste.<br />- Espera. Aún no he terminado. Agáchate.<br /><br />El joven suspira. No entiende, pero obedece. Tiene su cara justo enfrente de la de la chica.<br /><br />- Mírame fijamente a los ojos.<br /><br />Ambos sostienen la mirada unos segundos. Unos segundos larguísimos. Unos segundos sin fin. <br /><br />- Sí. Son azules – dice ella por fin.<br /><br />Pero sus miradas no se desvían. Siguen fijas el uno en el otro. Los ojos de cielo de Ángel. Los ojos color miel de Paula. Uno perdido en el otro.<br /><br />- ¿Puedo pedirte algo? – pregunta Ángel.<br /><br />Ella sonríe.<br /><br />- No hace falta, amor. Puedes besarme.<br /><br />Paula acerca sus labios a los de Ángel y los roza un instante con los suyos, para terminar dándole un primer beso rápido. Luego otro algo más largo y profundo. El tercero supera al segundo. Y así fue como con la luz de la luna en una noche despejada, con el ruido del agua de una fuente como banda sonora, Paula y Ángel se dieron su primer beso. <br /><br /><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://4.bp.blogspot.com/_GHUiRL0G0Ck/TAzveDMJfhI/AAAAAAAAAF4/JGMLx0wUiqQ/s1600/Beso%2520de%2520amor%2520-%25201.jpg"><img style="cursor:pointer; cursor:hand;width: 320px; height: 240px;" src="http://4.bp.blogspot.com/_GHUiRL0G0Ck/TAzveDMJfhI/AAAAAAAAAF4/JGMLx0wUiqQ/s320/Beso%2520de%2520amor%2520-%25201.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5480018146134425106" /></a>Francisco de Paula Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/01374628273101605292noreply@blogger.com19tag:blogger.com,1999:blog-6071323335840946738.post-47660957929326082862010-06-01T21:20:00.001+02:002010-06-01T21:22:20.047+02:00NECESIDADEl avión despega, dibujando tras de sí una nostálgica estela. Polvo blanco de suspiros. Ella en los cielos. Él con los pies en la tierra. <br />Y llega esa primera noche. Separados. A cientos de kilómetros. En dos habitaciones. En dos camas distintas. Bajo sábanas diferentes. <br />Son las circunstancias de la vida las que te ponen a prueba. Son momentos difíciles. Momentos en los que debes hacer unas cosas pero piensas en otras. Momentos en que sin saber cómo evitarlo te invade una profunda tristeza. Y suena una canción que le recuerda a ella. Le recuerda que no está. Que se ha ido. Que quién sabe qué estará haciendo en ese instante en el que él no puede dejar de pensar en sus ojos, en su forma de reír, en sus labios. En tantas y tantas palabras dichas mientras se enamoraba. <br />Trata de dormir. Está cansado, tiene sueño. Pero las manecillas del reloj avanzan. Caminan en la madrugada ante su mirada empañada. Y suena otra canción, otra de las suyas. Y apaga el reproductor antes de que se vuelva loco. Ansiedad.<br />Boca arriba. Con las manos en la nuca. De costado. Con las manos en la cara. Boca abajo. Con los brazos estirados.<br /><br /><a href="http://1.bp.blogspot.com/_GHUiRL0G0Ck/TAVdwTkM_YI/AAAAAAAAAFw/N0Or4uA3Z7k/s1600/cansado.jpg"><img style="cursor:pointer; cursor:hand;width: 320px; height: 211px;" src="http://1.bp.blogspot.com/_GHUiRL0G0Ck/TAVdwTkM_YI/AAAAAAAAAFw/N0Or4uA3Z7k/s320/cansado.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5477887606233300354" /></a><br /><br />Y consulta el móvil. No llama. Cómo va a llamar si son las cuatro de la madrugada.<br />Va al baño. Se mira al espejo. Se echa agua en la cara. Está fría. Demasiado fría. Sus ojos regresan al espejo. Parece mayor. Desaliñado. Ojeroso. Despeinado. Ella le hace sentir mejor, pero ella está lejos ahora.<br />Otra vez a la cama. Enciende la televisión. Infocomerciales y estúpidos concursos para ingenuos. La apaga. <br />Se sienta en el borde del colchón. La echa de menos. Cómo la extraña. Uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde. Él no ha perdido nada. Y sí sabía lo que tenía. Pero sus sentimientos hoy se han multiplicado. Hasta un punto que ni él mismo imaginaba. Cosas del amor. Y es que es ese amor el que le hace sentirse enfermo. Enfermo de necesidad. Sí, la necesita. La necesita a ella.Francisco de Paula Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/01374628273101605292noreply@blogger.com14